El PSOE negocia con Puigdemont la Diputación de Barcelona tras lograr la Alcaldía con el apoyo del PP
El PSC negocia también la incorporación de los Comuns en el gobierno municipal de Barcelona pese a que el PP puso un veto a Ada Colau para apoyar a Collboni
El PP convierte al socialista Collboni en alcalde de Barcelona para evitar que gobierne el separatismo
Los pactos que el PSOE ha cerrado con el separatismo catalán mientras ataca los de PP y Vox
Tras lograr la Alcaldía de Barcelona gracias al Partido Popular, con el objetivo de impedir el paso a los separatistas, el PSOE quiere volver a meter al partido de Carles Puigdemont en el gobierno de la Diputación de Barcelona. Así, según ha podido confirmar OKDIARIO de fuentes de ambas formaciones, socialistas y Junts per Catalunya seguían repartiéndose cargos anoche en este ente supramunicipal -en una negociación que lleva varios días abierta-. Se trata de una de las instituciones que más dinero maneja y tiene una mayor capacidad para repartir en subvenciones. Tienen tiempo para llegar a un acuerdo hasta el mes de julio, cuando se celebrará el pleno de constitución.
Según el resultado de las elecciones municipales el PSC obtuvo 17 diputados; Junts, 12; ERC, 11; Comuns, cinco; PP, cuatro; Tot per Terrassa, uno y Vox, otro. Por ello, que la política de alianzas es muy limitada. PSC y Junts, la misma suma que ha gobernado «con mucha fluidez», según un alto cargo de los socialistas el último mandato, sumaría 29 de los 51 representantes. Muy por encima de la mayoría absoluta. Los separatistas, incluyendo también la escisión local del PSC de Tot per Terrassa -que abandonaron el partido de Salvador Illa en pleno procés-, tendrían 24, 2 más que la unión de PSC y Comuns, que requeriría de la abstención de algún otro partido.
Tanto en el PSC como en Junts, tras lo ocurrido el sábado durante la investidura de Jaume Collboni se han lanzado múltiples ataques y acusaciones, defienden que «la Diputación no es el ayuntamiento». Pese al enfado que hay en el partido de Puigdemont por la jugada que impidió la investidura de Xavier Trias casi por sorpresa, gracias al apoyo del PP y los Comuns, los junteros están dispuestos a pasar página cuanto antes para no perder el poder que supone estar en el Gobierno de la Diputación de Barcelona. De formar parte o no de la dirección de este ente dependen centenares de altos cargos y miles de euros. La desconfianza de Trias con Collboni es total. Pero no ocurre lo mismo con la candidata a presidir la diputación y alcaldesa de l’Hospitalet, Núria Marín.
Aunque la voluntad mayoritaria en JXCat es la de reeditar el mismo acuerdo de gobernabilidad en la Diputación de Barcelona con el PSC, no todos comparten la misma opinión. En la dirección de la organización, que dirigen Jordi Turull y Laura Borràs, hay quienes exigen dar portazo a los socialistas y alcanzar un pacto con Esquerra Republicana. Esto implicaría que los de Pere Aragonés y Oriol Junqueras tendrían que romper antes los acuerdos ya firmados con el PSC en las diputaciones de Tarragona y Lérida. Sin ese movimiento previo, dicen en Junts, «es imposible» que den calabazas a los de Illa. Cabe recordar que los socialistas han cerrado múltiples pactos, para la constitución de los ayuntamientos, tanto con JXCat, como con ERC, como, incluso, con la CUP.
Collboni busca socios
Jaume Collboni logró su sueño de ser alcalde de Barcelona en el tercer intento. Pero gobernará únicamente con 10 de los 41 concejales del pleno municipal. Un equipo muy reducido para dirigir la segunda ciudad más importante del país. El alcalde socialista ya ha comunicado que iba a mantener a gran parte de los altos cargos de los Comuns para que la gestión no se paralice. Y su intención es que los concejales comunistas, con Ada Colau a la cabeza, se acaben incorporando a su equipo de gobierno pese a que su presencia era una línea roja para que el PP apoyase al PSC.
Los Comuns, que por el momento prefieren quedarse en la oposición para evitar el desgaste que según ellos tendría gobernar con el PSC en la Alcaldía -aunque han estado ocho años gobernando juntos con Colau al frente-, no se cierran a hablar esa posible incorporación. Aunque ponen una condición muy difícil de asumir por varias partes. Que la Esquerra Republicana de Ernest Maragall -cuya enemistad con Collboni es pública y notoria-, también se incorpore al equipo de gobierno y así lograr una mayoría absoluta de izquierdas.
Con esto, lo que quieren los de Colau, básicamente, es no depender de ningún otro partido para garantizar la estabilidad. Pero, sobre todo, buscan tener una mayoría junto a ERC de 14 concejales dentro de ese posible tripartito, frente a los 10 del PSC, a la hora de abordar cuestiones como las de la ampliación del aeropuerto del Prat que los comunistas siempre han paralizado. Los socialistas son los principales defensores de esta inversión que facilitaría la llegada de más turistas a la ciudad.
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