Iglesias se inmiscuye en la labor de González Laya y desvela una negociación «discreta» sobre el Sáhara
Pablo Iglesias no lo puede evitar, no puede evitar estar ante una cámara o un micrófono y demostrar que maneja información sensible a la que tiene acceso por ser vicepresidente: y este lunes ha vuelto a hacerlo al anunciar una negociación sobre el Sáhara que lleva un ministerio que no es el suyo, sino el de Arancha González Laya.
Durante su entrevista en La Sexta de este lunes, Pablo Iglesias ha dado a conocer que el Ministerio de Exteriores está trabajando «de manera discreta» en un asunto relativo al Sáhara, por el que tanta preocupación ha manifestado en las últimas semanas. De tal forma que incluso sus manifestaciones han ido más allá que las del propio Gobierno, que en este asunto camina con pies de plomo al estar involucrado Marruecos.
Pablo Iglesias ha desvelado que el Ministerio de Exteriores trabaja para que vuelva a haber un enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental, algo que, a su juicio, es «condición de posibilidad» para que haya diálogo y se avance en la resolución del conflicto. Un conflicto en el que España ha tejido una delicada red sustentada entre las relaciones diplomáticas con el reino de Marruecos y la histórica hermandad con el Sáhara tras el pasado colonial.
Concretamente, el vicepresidente Pablo Iglesias ha revelado que «el Ministerio de Exteriores, con mucha discreción y mano izquierda, está trabajando en esa dirección». Se inmiscuye así en la labor de una compañera de Gabinete a pesar de que justo antes de desvelar la negociación ha reconocido que él no tiene competencias en este asunto y que, por lo tanto, ni entra ni se posiciona, porque es responsabilidad del presidente Pedro Sánchez y de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya.
En concreto, Pablo Iglesias ha asegurado durante su entrevista televisiva que el Minsisterio de Exteriores está haciendo en algo «muy importante», de manera «discreta», que es trabajar para que haya por fin un enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental, que lleva pendiente de designarse desde la dimisión en mayo del año 2019 del expresidente alemán Horst Koehler.
No ha tardado la ministra Arancha González Laya en salir a la palestra aunque ha preferido no echar leña al fuego, y ha optado por una manifestación mucho más diplomática al reseñar en el Senado que España está llevando a cabo en estos momentos «esfuerzos», junto a otros países, para ayudar a la «búsqueda y el nombramiento» de un enviado especial que pueda canalizar una negociación a nivel político.
En lo que respecta a la negociación concreta una fuente diplomática consultada por Europa Press ha señalado que ya han llegado nombres a la mesa del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y que España ha contribuido con alguno de ellos.
Iglesias en Bolivia
El último incidente relacionado con las relaciones internacionales españolas y en que se ha visto envuelto el vicepresidente segundo fue el de los movimientos de Pablo Iglesias en Bolivia para la firma de la llamada ‘Declaración de la Paz’ aprovechando un viaje oficial a Bolivia acompañando al Rey y al resto de la delegación española para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente del país, Luis Arce.
Allí mantuvo una agenda paralela a la de la delegación española de la que no se tenía constancia detallada en Moncloa y desarrolló una agenda propia con encuentros bilaterales con otros jefes de Gobierno.
En su estancia oficial en Bolivia también se reunió durante con otros invitados a la toma de posesión de Arce en encuentros de los que no informó, pese a ser un viaje institucional. Y se reunió con los candidatos a la presidencia de Perú y Ecuador, Verónika Mendoza y Andrés Arauz. La cancelación, a última hora, de la presencia de Nicolás Maduro frustró su voluntad de reunirse con él. Además mantuvo una cena privada con el presidente argentino, Alberto Fernández. Precisamente durante la misma ambos decidieron impulsar una declaración sin consensuarla con sus gobiernos y pidieron firmas sin notificarlo ni a Pedro Sánchez, ni al Rey ni a González Laya.
Este hecho y la firma de la declaración molestó enormemente en Moncloa. Se trata de la ‘Declaración por La Paz en defensa de la democracia’, un documento impulsado por propio el vicepresidente Pavblo Iglesias, además de los presidentes de Bolivia y Argentina, Luis Arce y Alberto Fernández, y el ex vicepresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, de cuya participación nadie tenía constancia en Moncloa. La declaración recoge que «la principal amenaza a la democracia y la paz social en el siglo XXI es el golpismo de la ultraderecha».
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