Nuevo desprecio de los independentistas de la CUP a la Guardia Civil: «Que se vayan»

Cup Guardia Civil
Pau Juvillà de la CUP. Foto: Europa Press

La CUP han vuelto a despreciar a la Guardia Civil. «Que se vayan», han dicho los independentistas cuando han sido invitados a la toma de posesión del nuevo jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Barcelona, Pedro Antonio Pizarro.

La formación separatistas siempre se ha mostrado beligerante con la Benemérita y no pierde ocasión de instrumentalizar cualquier acto, como la invitación cursada a todos los partidos, para lanzar sus soflamas independentistas. «Les comunicamos que no vendremos, y lo haremos porque tenemos memoria», han destacado portavoces de la CUP.

La CUP en una carta firmada por el diputado en el Parlament y secretario tercero de la Mesa, Pau Juvillà, que recibieron la invitación para asistir al acto, previsto para el viernes de la próxima semana en Sant Andreu de la Barca (Barcelona), pero no irán porque el cuerpo policial ha sido «punta de lanza de la represión contra el independentismo, un eslabón más del ejercicio de ocupación del Estado español en los Països Catalans».

«Porque todavía están frescas las imágenes de este mismo cuerpo policial pegándonos a nosotros, a nuestros padres, madres, abuelos y abuelas en octubre de 2017, cuando se dirigían a los colegios electorales con un arma terrible: una papeleta en la mano», ha añadido en referencia al golpe de Estado del 1-O.

Falta de memoria

La Guardia Civil es una de las instituciones más valoradas por los españoles cada año en las encuestas del CIS. La labora que desarrollan sus agentes tanto en seguridad ciudadana como en ayuda y rescates se encuentra entre las mejores de Europa.

A la CUP se le olvidan actuaciones de la Guardia Civil , que se preocupa más por salvar vidas que por la ideología. Un ejemplo, para refrescar la memoria a los cuperos, se produjo en el año 2017.

Dos jóvenes catalanes independentistas, de 19 y 26 años, fueron rescatados heridos a 3.000 metros de altitud en el Pico del Alba de los Pirineos por miembros de la unidad de rescate de montaña de la Guardia Civil, ese Cuerpo al que los separatistas desprecian con su fanatismo político. Los jóvenes portaban una estelada con la que pretendían hacerse la foto para inmortalizar la gesta de la ascensión a esta cima de Huesca.

Los guardias civiles lograron el rescate después de mucho esfuerzo y sin reparar en que la enseña con la que pretendían abanderar su hazaña podía resultar una presentación hostil. Al contrario, la bandera separatista resultó de gran utilidad pues fue empleada incluso para abrigar a los lesionados, deficientemente pertrechados para la aventura hasta el punto de que uno de ellos iba en pantalón corto.

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