El sector cementero participa en proyectos para optar a las ayudas europeas valorados en 3.000 millones
La industria cementera se mueve ante la llegada de los fondos europeos. Un maná de 140.000 millones de euros -72.000 millones en subvenciones a fondo perdido y el resto, en préstamos- que las empresas ven como una oportunidad para relanzar la actividad económica tras un año negro, pero sobre todo, para poner en marcha una transformación económica real a largo plazo. Con la vista puesta en esos dos objetivos, la patronal cementera Oficemen ha presentado tres proyectos al Plan de Recuperación,
Transformación y Resiliencia del Gobierno -tanto en solitario como en colaboración con otros sectores industriales- valorados en cerca de 3.000 millones de euros en conjunto.
Las iniciativas de la patronal Oficemen -que no incluyen los proyectos que cada grupo cementero pueda presentar a título particular- están basados en la economía circular, la sostenibilidad en construcción, la transformación digital o la descarbonización. Sobre este último ámbito, la patronal forma parte de CEMCO2, el proyecto sectorial en el que trabaja por la transformación digital en producción y en la cadena de suministro. La segunda apuesta de las cementeras que aspira a conseguir los fondos europeos se llama Indo. Se trata de un proyecto industrial que apuesta por las tecnologías verdes de producción -electrificación, H2 o recuperación de calor- y en el que participan los sectores siderúrgico, el papel, la cerámica y el cemento, entre otros.
La patronal cementera cree que las ayudas europeas son una oportunidad para poner en marcha una transformación económica real a largo plazo
El tercer proyecto, elaborado por la Plataforma Tecnológica Española de Construcción (PTEC), está basado en la sostenibilidad del sector de la construcción en el que Oficemen participa desarrollando la identidad digital de los materiales y el diseño de ecohormigones. «Desde la industria cementera creemos que para el mejor aprovechamiento de los fondos europeos es fundamental trabajar en una doble vía: por un lado, la transformación de los procesos industriales y económicos, y por otro, que las administraciones públicas desarrollen planes específicos para el fomento de la actividad industrial y la mejora de la competitividad de nuestra industria», explica Aniceto Zaragoza, director general de Oficemen a este periódico.
Las iniciativas de la patronal cementera están basadas en la economía circular, la sostenibilidad en construcción, la transformación digital o la descarbonización
La patronal pide -como miembro del Foro de Alto Nivel de la Industria Española- que se alcance un gran Pacto de Estado por la Industria y que se apruebe una nueva Ley de Industria. En su opinión, ambos son pilares indispensables para el cambio de modelo económico que España necesita. El peso de los sectores industriales en el PIB fue únicamente del 14,2%, en 2019, 1,6 puntos menos que en el inicio de la crisis, hace 12 años, y prácticamente la mitad que en los años 80 del siglo pasado, cuando llegó a suponer casi el 30% de la riqueza generada en nuestro país.
«La industria proporciona puestos de trabajo de alta calidad en términos de salario, estabilidad y formación. Esta transformación de la economía, priorizando a la industria, debería ir acompañada de una apuesta clara por la obra pública, la principal palanca tractora para lograr una rápida recuperación de la economía, dada su enorme capacidad de arrastre sobre otros sectores industriales», dice el director general de Oficemen.
El cemento español pierde competitividad
La espera llegada de los fondos europeos se sucede en un momento en el que el cemento español cada vez es menos competitivo debido a los altos costes eléctricos que tienen que asumir las empresas productoras y los impuestos europeos sobre el CO2. Esto se traduce en un descenso de las exportaciones. De hecho, las exportaciones de cemento se han hundido más de la mitad en las últimas dos décadas.
Los altos costes eléctricos que tienen que asumir las empresas productoras de cemento y los impuestos europeos sobre el CO2 castigan la competitividad del cemento español
España fue el mayor país exportador de cemento del mundo en 1983, cuando vendió 13,2 millones de toneladas -el máximo de la serie histórica-. Sin embargo, en 2019 las exportaciones se han reducido hasta los 6,2 millones de toneladas, según los datos de Oficemen. A pesar de ese descenso de las exportaciones, España todavía es el principal vendedor de cemento de la Unión Europea fuera de sus fronteras, aunque el descenso de los últimos meses ha provocado que países europeos como Grecia o Portugal se aproximen a sus niveles de exportación. Sin embargo, la mayor amenaza de España en la cuenca mediterránea es Turquía, que suma más de dos terceras partes de la capacidad de producción de cemento que tiene toda Europa.
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