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Economía
Alquiler

Es más grave de lo que piensas: el delito por falsificar tu nómina para acceder a un piso de alquiler

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En un contexto marcado por la dificultad para acceder a una vivienda en alquiler, han surgido prácticas ilegales. Muchos arrendadores, ante el temor de inquilinos morosos u okupas, imponen requisitos muy exigentes: varias mensualidades por adelantado, nóminas elevadas o contratos de trabajo estables. Esa presión está empujando a algunas personas a recurrir a soluciones desesperadas, incluso a la falsificación de documentos con el fin de cumplir con las condiciones y alquilar un piso.

La abogada penalista Beatriz de Vicente, en una intervención reciente en laSexta, alertó sobre la frecuencia de este tipo de conductas en tribunales y por qué es un delito con consecuencias graves. Su experiencia revela que se trata de una tendencia en aumento: gente que recurre a «empresas» y editores de nóminas falsas, todo con un solo objetivo: conseguir una vivienda.

La crisis del alquiler y la presión sobre los inquilinos

Los precios de los alquileres han alcanzado niveles que para muchos resultan inasumibles, sobre todo en grandes ciudades. Esta situación ha llevado a que los propietarios adopten medidas cada vez más restrictivas, tratando de minimizar riesgos.

Y es ahí donde aparecen las nóminas falsas. Personas sin trabajo estable o trabajadores temporales sienten que no cumplen con los requisitos y contactan con servicios que ofrecen «papeles a la medida». Con un sueldo inventado y un contrato ficticio, muchos logran el alquiler… hasta que surge un problema: impago, desconfianza del arrendador, o una inspección que destapa el engaño. Es entonces cuando estos casos acaban en los juzgados, con consecuencias que van más allá del incumplimiento del contrato.

Delito de falsificación y estafa

En su intervención, la abogada explica que la mera elaboración de una nómina falsa ya constituye un delito de falsificación de documento privado. Si a eso se añade el propósito de engañar al arrendador para obtener algo a cambio (el alquiler en este caso), se incurre también en delito de estafa.

De Vicente insiste en que esto no es algo anecdótico: «en el juzgado lo veo en el día a día, personas que han falsificado nóminas para acceder a una vivienda». Esa afirmación revela la magnitud del problema: no se trata de casos aislados, sino de una práctica extendida, al punto de que los tribunales ya la reconocen como parte de su rutina de trabajo.

¿Cómo lo detectan los propietarios?

Los caseros o agencias que se enfrentan a este tipo de engaños suelen activar sus alarmas al detectar irregularidades: nóminas con salarios desmedidos, cargos incorrectos o empresas que no existen. En cuanto se detecta la falsedad, el expediente pasa a manos de la justicia.

Beatriz de Vicente indica que apenas el arrendador sospecha, puede poner en conocimiento del juzgado esta coincidencia entre los hechos (un contrato falso) y el perjuicio económico. De este modo, se inicia el procedimiento penal, en el que se investigan los documentos y se compara con registros oficiales, como modelos de nómina, fechas, certificados fiscales o de trabajo.

La posible defensa

¿Se puede justificar esta conducta por una situación desesperada? La abogada analiza esta posibilidad y señala que el argumento de que se actúa por necesidad (el llamado estado de necesidad) generalmente no prospera. La jurisprudencia exige una situación extrema e inmediata, y no entender esto como un fraude. Hacer un documento falso para cumplir requisitos de alquiler no suele encajar en los supuestos que eximen responsabilidad penal.

Por eso, la mayoría de los demandados se enfrentan a sanciones asociadas a la falsificación y a la estafa. La pena a la que se exponen depende del valor económico y del grado de engaño, pero puede implicar multas elevadas o incluso prisión en casos agravados.

Según Beatriz de Vicente, los tribunales han observado un incremento notable de denuncias relacionadas con falsificación de nóminas. Muchos casos provienen de políticas de requerimiento abusivas, otros de personas que eligen la vía fraudulenta.

La abogada prevé que, si esta tendencia continúa, veremos más mecanismos de verificación digital en el proceso de alquiler: nóminas verificadas por organismos oficiales, contratos revisados a través de plataformas seguras o incluso sistemas públicos de acreditación laboral.

Alternativas legales

Cuando no se dispone de un contrato indefinido o de una nómina elevada, existen alternativas legales que permiten acreditar solvencia sin recurrir a falsificaciones. Una opción es presentar un aval bancario o contar con un fiador, figuras que ofrecen respaldo económico al arrendador y están reguladas legalmente.

También se pueden contratar seguros de impago, productos cada vez más habituales en el mercado que cubren varios meses de renta en caso de impago, aportando seguridad al propietario. Otra posibilidad válida es aportar contratos con empresas de trabajo temporal, que, pese a ser menos estables, reflejan una fuente de ingresos legítima.

La presión por acceder a una vivienda puede ser casi insoportable, pero cualquier atajo fraudulento entraña un riesgo que puede superar con creces el beneficio inicial. Una nómina falsa puede abrirte la puerta de un piso, pero la salida puede ser un proceso judicial, pérdida de dinero, reputación y acceso limitado al mercado de alquiler en el futuro.