El BCE se tomará una pausa en octubre pero no da por finalizadas las subidas de tipos de interés
El BCE no da por finalizadas las subidas de tipos de interés
El BCE sube los tipos de interés 0,25 puntos hasta el 4,5% para dar un golpe definitivo a la inflación
Tregua en la FED: mantiene los tipos de interés en el 5,25% y da un respiro a los mercados
El BCE -Banco Central Europeo- se tomará una pausa en octubre, pero no da por finalizadas las subidas de tipos de interés, que podrían continuar si la revisión de sus previsiones económicas en diciembre refleja todavía una férrea resistencia de la inflación en Europa, y en particular del índice subyacente -que descuenta los precios de los alimentos sin elaborar y de la energía-, que es el que más preocupa a la entidad.
De acuerdo con fuentes cercanas a la institución con sede en Fráncfort, los mercados «no están interpretando del todo bien la determinación del banco central para doblegar definitivamente la inflación, aunque es verdad que la política de rigor monetario ya está teniendo un impacto significativo en la evolución de los precios».
El pasado 14 de septiembre el BCE decidió subir los tipos de interés oficiales otros 25 puntos básicos, hasta situarlos en el 4,5%, una cota que supera por primera vez el máximo histórico desde la fundación del euro, para dar un golpe definitivo a la inflación. Ésta alcanzó en agosto el 5,3% en términos anuales en la Eurozona, y el índice subyacente descendió tres décimas hasta situarse también en el mismo nivel del 5,3%. La decisión vino acompañada de las nuevas estimaciones económicas para el próximo trimestre.
Según el nuevo cuadro de previsiones, ahora se calcula que ésta se situará en el 5,6% a finales del presente ejercicio, descenderá al 3,2% en 2024 y se moderará hasta el 2,1% en 2025, rozando el objetivo fundacional de la entidad, a pesar del alza que se observa en los precios de la energía, principalmente del petróleo. En lo que respecta al índice subyacente, se prevé que se sitúe en el 5,1% este año, caiga hasta el 2,9% en 2024 y descienda hasta el 2,2% en 2025. Pero todo está pendiente de la nueva revisión de diciembre, «cuando se tendrá una perspectiva más amplia sobre los efectos de la contracción monetaria», que tardan hasta más de 18 meses en hacerse presentes, pero que ya están teniendo efectos en el hundimiento del crédito a familias y empresas y en la caída, por primera vez, del dinero en circulación en la UE en un 1,1%.
Los efectos de la restricción monetaria también se dejan ya sentir en el impulso, cada vez más débil, de la actividad económica. Según los nuevos cálculos del BCE, la actividad de la Eurozona apenas crecerá un 0,7% este año, mejorará ligeramente hasta el 1% en 2024 y podría crecer un 1,5% en 2025, aunque, a diferencia de la FED, el banco central europeo no tiene la obligación estatutaria de vigilar el crecimiento económico ni la creación de empleo.
De hecho, la presidenta Christine Lagarde afirmó la semana pasada que en las futuras decisiones se asegurará de que los tipos de interés del BCE se fijarán en niveles lo suficientemente restrictivos durante todo el tiempo que sea necesario para conseguir una vuelta de la inflación al objetivo de medio plazo del 2%. En una reciente entrevista en la cadena Cope, el vicepresidente del organismo, Luis de Guindos, aseguró que a pesar de que los mercados esperan que ya a mediados del año que viene los tipos de interés incluso puedan bajar tras este período de restricción vivido ininterrumpidamente desde junio, «esto no deja de ser una especulación».
La FED
Las especulaciones sobre cuándo puede esperarse un cambio de signo de la política monetaria no cesan desde que la Reserva Federal de Estados Unidos decidió el jueves pasado mantener la tasa de interés en el 5,25% y dar un respiro a los mercados, la mayoría favorables a una pausa en la carrera alcista del precio del dinero a fin de no causar más daño del necesario a la actividad económica y a la creación de empleo, indicadores que ya dan muestras de debilidad tras el periodo más largo de endurecimiento monetario de la reciente historia. De hecho, la FED estima que el crecimiento del PIB en EEUU será este año del 2,1%, descenderá hasta el 1,5% en 2024 y se recuperará ligeramente hasta el 1,8% en 2025.
Sin embargo, y como sucede con el BCE, la decisión de la Reserva Federal no da por cerradas definitivamente futuras subidas de las tasas de interés. Su presidente, Jerome Powell, ha dejado claro que seguirá haciendo lo posible para reconducir la inflación hacia el objetivo del 2%, y que se tomará un tiempo hasta ver los resultados del rigor aplicado sobre la evolución de los precios sin desatender su impacto en la coyuntura económica y la evolución del empleo, que son igualmente objetivos fundacionales del banco central americano.
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