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Argentina se queda sin dólares por la sequía e insiste en la ‘pesificación’ de su economía

Argentina se ha quedado sin dólares para financiar el gasto público y sostener la cotización de la moneda y ha decretado la ‘pesificación’ de su economía. Y ello, a pesar de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó, hace apenas unos días, concederle 5.400 millones de dólares (unos 4.866 millones de euros) tras la reunión mantenida entre el ministro de Economía argentino, Sergio Massa, y la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva. Detrás de este problema monetario está la mayor sequía de la historia del país sudamericano. La solución inmediata del Ejecutivo argentino ha sido reeditar el plan de ‘pesificación’ del año pasado como solución de emergencia para cumplir el programa de reservas de divisas para 2023 acordado con el FMI.

Georgieva, ha reconocido el trabajo del Gobierno de Argentina para lograr una gestión «prudente» de la economía y cumplir con las metas del acuerdo suscrito entre el país y el organismo multilateral.

Sergio Massa se reunió también con la nueva directora gerente de Operaciones del Banco Mundial (BM), Anna Bjerde. Su organismo destinará 950 millones de dólares (unos 863 millones de euros) en los próximos meses para diversos proyectos dirigidos a paliar el impacto de la sequía.

Bjerde ha asegurado que «Argentina está experimentando su peor sequía desde 1906» y reiteró que el Banco Mundial es «un socio clave para garantizar un retorno sostenible al crecimiento y resiliencia a largo plazo».

Desde el FMI se ha destacado «el compromiso del Gobierno» argentino para cumplir los objetivos del programa de actuación acorado con el gobierno que preside Alberto Fernández. «El éxito del programa redunda en la implementación, y la implementación seguirá siendo lo importante, incluso en estas circunstancias tan desafiantes», añade el Fondo.

Recuperar divisas

Por todo ello, el Ejecutivo argentino ha reeditado el plan de ‘pesificación’ del año pasado. La iniciativa es una solución de emergencia para cumplir el programa de reservas de divisas para 2023 acordado con el FMI.

Tras reunión mantenida en Washington con Sergio Massa, el FMI ha rebajado dicho objetivo desde los 9.800 millones de dólares iniciales (8.830 millones de euros) a 8.000 millones de dólares (7.200 millones de euros).

Sin embargo, lejos de acumular divisas, el Banco Central de la República Argentina ha perdido 3.400 millones de dólares (unos 3.063 millones de euros) en su intento de controlar el derrumbe del peso.

Para incentivar a que los exportadores liquiden sus divisas ante el Banco Central, el gobierno acaba de lanzar un «dólar agro», la nueva versión ampliada del «dólar soja» que puso en marcha en el último trimestre de 2022. Ahora, la industria agroalimentaria del país recibirá 300 pesos argentinos por cada dólar (el cambio, en 2022, eran 392 pesos por dólar) con el fin de que las empresas ‘liberen’ los dólares retenidos en el exterior a la espera de una devaluación de la moneda nacional.

Malas perspectivas

La iniciativa gubernamental se produce en una coyuntura económica que marca una clara tendencia al deterioro. De hecho, la agencia internacional de rating, Moody’s, prevé que el PIB de Argentina se contraerá este año, al tiempo que la inflación se disparará hasta el  107% interanual y se mantendrá en los tres dígitos.

La agencia calificadora ha dado a conocer este cambio en la misma semana en la que el Fondo Monetario Internacional también ha revisado a la baja sus estimaciones para Argentina. El FMI mantiene que la economía crecerá el 0,2% frente al 2% que estimaba a principios de año. Por su parte, la inflación cerraría el año en el 88% interanual.

Los precios alcanzaron los tres dígitos durante el pasado mes de febrero (102,5%), con un incremento mensual del 6,6%.

De cara al 2024, Moody’s sigue previendo que la inflación se encontrará en el 100%, aunque el PIB argentino volverá a crecer, hasta un 1,8%. Esta cifra se situaría muy por debajo de la registrada en el pasado año 2022, cuando la economía creció un 5,2%.

En lo que se refiere a la calificación crediticia del país, la perspectiva se mantiene estable, sin cambios previstos en la nota de solvencia, puesto que Moody’s considera «poco probable» que las condiciones crediticias generales de Argentina mejoren significativamente.

Esta mejora en la calificación requerirá evidencia clara de voluntad y capacidad por parte de las autoridades argentinas para establecer una política creíble que conduzca a una reducción significativa y sostenida de los desequilibrios macroeconómicos y mejore el acceso a los mercados de capitales.