Zinedine Zidane espanta las críticas en el Clásico. El técnico del Real Madrid llegaba muy cuestionado al Camp Nou y sale de él reforzado. Las dos derrotas ante Cádiz y Shakhtar le han servido para dejar a un lado los experimentos, volver a lo que le funciona y ha conseguido resucitar ante el eterno rival, salvando otra vida. Los blancos se mostraron prácticos, solventes arriba y sólidos en defensa, lo que les sirvió para doblegar al Barcelona.
Zidane ha hecho del estadio culé su nueva flor. Llegaba con muchas dudas al partido, después de los malos resultados y, sobre todo, de la mala imagen mostrada por los suyos en este arranque de la temporada. Pero llegaba a su estadio talismán, en el que nunca ha perdido desde que se sentó en el banquillo por primera vez y del que se va sumando tres victorias y otros tantos empates.
El técnico mostró su enfado al término de los encuentros ante el Cádiz y frente el Shakhtar y ha conseguido que el equipo reaccione en el momento clave. Contra los culés, el Madrid mostró otra cara, la mejor. Los blancos se parecieron al del tramo final de la temporada pasada, cuando consiguieron encadenar diez victorias consecutivas para hacerse con el título liguero.
Las ‘zidanadas’ que tan caro le han salido en este inicio del curso, también pasaron a un segundo plano ante el Barça. El francés se dejó de experimentos y volvió al esquema que le funciona, con los jugadores que le han dado garantías en este tiempo. Con el ‘plan B’ muerto, no le quedaban muchas más variables que las que utilizó contra los culés.
No era el Barça el rival adecuado para seguir probando y menos con el crédito de Zidane en juego. Por ello, el técnico apostó por Nacho y Mendy en los laterales, Valverde en el medio en lugar de un fundido Modric y Asensio como acompañante de Benzema y Vinicius en el tridente de ataque. También acertó con los cambios, optando por meter a Lucas en lugar de Marcelo cuando se lesionó Nacho y metiendo a Modric para controlar el juego del equipo en el último tramo.
Los resultados no se hicieron esperar. El técnico acertó esta vez y vio como desde el primer momento sus decisiones eran desequilibrantes, en favor de sus intereses. La lección táctica de Koeman fue contundente. En la primera llegada de los blancos, Asensio tiraba un desmarque que abría el espacio para la llegada de Valverde. Benzema le metía el balón al hueco al charrúa e inauguraba el marcador.
Una vez Nacho -que se vio superado por Jordi Alba- se lesionó, Lucas salió y completó una actuación más que destacable. El gallego se reivindicó ante las críticas por su mal partido contra el Cádiz y consiguió secar los ataques del Barça por la izquierda. Con la entrada de Modric, los blancos consiguieron hacerse con el dominio de la pelota en los minutos finales y, además, consiguió sentenciar al aprovechar un rechace de Neto.
Zidane llegaba tocado, siendo el principal señalado por la crisis por la que atravesaba el Madrid. Sin embargo, ha conseguido darle la vuelta a su situación en el momento clave. Los suyos salen reforzados del Camp Nou, recibiendo una inyección de confianza de cara a los próximos encuentros de Champions y, de paso, dejan más que tocados al Barça, sobre el que ahora recaen las dudas.