Liga Santander: Barcelona - Real Madrid

Zidane resucita con un baño táctico a Koeman en el Clásico

Zidane ganó la batalla a Koeman en el Clásico que ganó el Real Madrid al Barcelona en el Camp Nou

El galo acertó con el once titular y con los cambios, claves para doblegar a los azulgranas

Zidane
Zidane y Koeman se saludan antes del Clásico. (Getty)

Koeman se estrenaba en el patio de Zidane, donde nunca ha perdido y sigue sin perder. Un Clásico sin alma, sin público, pero con todos los ingredientes para vivir un grandísimo partido de fútbol que tuvo los fallos lógicos de dos equipos con serias dificultades para ser serios en defensa, pero con la calidad de sobra para mover el balón y meter una intensidad al choque que durante varias fases del encuentro fue muy alta.

El holandés debutaba en estos partidos como entrenador apostando por Jordi Alba, que fue clave dando el pase de gol a Ansu Fati, pero que también pagó su inactividad, y por un Pedri que dejó en el banquillo a Griezmann, aunque al canario le costó mucho entrar en el encuentro. El resto fue lo esperado. Es decir, un centro de la defensa lenta que se vio superada en el tanto de Valverde y un ataque eléctrico que hizo de la banda derecha madridista una autopista.

En el bando contrario, Zidane apostó por un Marco Asensio que fue de menos a más. Ayudó a Nacho en labores defensivas y cuando se vio liberado comenzó a brilla en lo suyo, en el ataque. El resto lo previsible, con Modric en el banquillo y Valverde, que hizo un auténtico partidazo, de titular.

Metidos desde el principio

El Real Madrid comenzó el encuentro muy enchufado. Justo lo que falló en los dos últimos encuentros. Zidane lo explicó pública y privadamente, y el equipo recogió el guante. Los jugadores salieron decididos a mandar y así lo demostraron con el gol de Valverde, que llegó tras 24 toques y una definición perfecta del uruguayo. La idea de Zizou funcionaba rápido, aunque Koeman iba a responder.

Atacando la banda derecha, sin duda la zona defensiva más débil de los blancos, donde Nacho, que terminó lesionado en el primer tiempo y sustituido por Lucas, sufrió mucho a Jordi Alba, lograron el empate. El lateral izquierdo se subió en la moto, cogió la espalda de Nacho y terminó dando una gran asistencia para Ansu que acabó en gol.

En ocho minutos había golpeado Zidane y respondido Koeman. Lo que vino después fue un ida y vuelta donde ambos equipos mostraron su pobre nivel defensivo y un ataque lleno de calidad y peligro, pero carente de acierto. De hecho, Messi y Benzema fallaron dos goles de esos que no se pueden perdonar.

Presión, sufrimiento y gol

El paso por los vestuarios renovó los ánimos. Zidane pidió a sus hombres que subiesen la presión y lo hicieron, generando muchos problemas en la salida del balón al Barcelona, pero la gasolina blanca se fue acabando y el Barcelona creció. Así llegó el mejor momento de los de Koeman, que tocando y tocando metieron atrás a los de Zizou, hasta que apareció el VAR, hizo justicia, pitó un claro penalti a Ramos y el capitán no falló para adelantar a los blancos.

Partido nuevo y últimos movimientos de la partida para ambos entrenadores. Llegaba la hora de los cambios y a ambos les costó dar el pasó. De hecho, lo hicieron a la vez cuando restaban menos 10 minutos para el final, ya que los dos anteriores de Zidane, el de Valverde por Modric y Nacho por Lucas fueron obligados. Zizou dio entrada a Rodrygo, que sustituyó a un Asensio que dio todo lo que tuvo, mientras que Koeman metió más madera con la entrada de Trincao, Griezmann y Dembélé.

Los minutos calientes, donde se deciden las cosas, los supieron jugar los blancos. El Real Madrid supo controlar el partido, resistir y cerrar el encuentro en el tiempo de descuento con un gol de Modric que confirmaba que Zidane había ganado la batalla a Koeman. El francés siempre resurge.

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