Zinedine Zidane vuelve a estar en el punto de mira. Las decisiones del técnico vuelven a ayudar a la pérdida de puntos del conjunto madridista y le cuestan una vez más parte del crédito que tiene al frente del equipo. La derrota ante el Cádiz y, sobre todo, cómo llegó, dejan de nuevo tocado al técnico. A las zidanadas se suma el carácter del equipo y la falta de ideas que imposibilitó una remontada que nunca llegó a verse clara.
El entrenador del Real Madrid vuele a estar señalado después de una derrota. Las decisiones tomadas por Zidane desde el inicio volvieron a ser cuestionadas y equivocadas. De hecho, él mismo lo reconoció al descanso al deshacer parte de las novedades que había introducido. No es la primera vez que sucede y empieza a mosquear en el club.
El técnico tiene la confianza absoluta de la directiva después de las tres Champions consecutivas logradas y de sacar adelante el título liguero la temporada pasada en difíciles condiciones. Sin embargo, la mala toma de decisiones en este arranque de temporada, sus constantes experimentos y su empeño en repetir lo que ya se ha demostrado que no funciona le está empezando a pasar factura.
En la derrota ante el conjunto cadista volvieron a aparecer las ya habituales zidanadas. El técnico volvió a sorprender con su alineación, dando prioridad en su mayoría a los jugadores que no habían viajado con sus respectivas selecciones en el último parón y que contaban con más entrenamientos bajo su mando en estas dos semanas. Sin embargo, costó entender parte de las decisiones que tomó, como la de dejar a Asensio en el banquillo.
Rotaciones y falta de actitud
Zidane parece no haber aprendido de los errores del pasado. Hace justo un año, los blancos caían en las mismas circunstancias contra el también recién ascendido Mallorca. Las rotaciones y malas decisiones de Zidane tras el parón se sumaron a la falta de carácter que terminó costando la derrota. Algo que se ha vuelto a repetir contra el conjunto gaditano.
El entrenador madridista no supo enchufar a los suyos hasta después del descanso. Pero tras la reanudación, los blancos tampoco encontraron ideas para reaccionar y ser capaces de darle la vuelta al partido. El técnico cambió de golpe a cuatro futbolistas y terminó guardándose el arma de Jovic para los últimos minutos, aunque el serbio apenas tuvo tiempo para intervenir en el juego.
La falta de ideas volvió a manifestarse. A los madridistas les costaba generar en los metros finales y, a excepción de jugadas aisladas de Vinicius y Benzema, fueron incapaces de poner en aprietos la portería del Cádiz. Una situación que empieza a preocupar, ante la aparente inoperancia de Zidane, que queda señalado como uno de los responsables de la derrota.