Zinedine Zidane no estuvo fino a la hora de confeccionar la alineación inicial del Real Madrid para el partido ante el Cádiz. El técnico francés decidió revolucionar la alineación en vistas del debut en la Champions y el Clásico de la próxima semana, pero hombres de su plena confianza como Lucas Vázquez, Nacho, Isco o Marcelo no respondieron en una primera mitad de partido tras la que el Madrid se marchó perdiendo con una imagen horrible y Zizou, cabreado por lo sucedido, tuvo que reconstruir su apuesta con cuatro cambios al descanso, y porque no podía hacer once, aunque los nuevos tampoco aportaron solución suficiente para evitar una derrota sonrojante.
El dominio del juego lo tuvo el Real Madrid en cuanto a la posesión… y nada más. La actitud de Modric y Kroos brilló por su ausencia, mientras que Benzema y Vinicius estuvieron desasistidos y, por tanto, desaparecidos. Caso aparte fue el de Isco. El malagueño se ofreció una y otra vez y gozó del timón del juego con buena predisposición, pero su fútbol no le acompañó, mermado por un físico que no parece al 100%.
Autoanulados centro del campo y delantera, la banda derecha tampoco ofreció soluciones. Nacho prácticamente no pudo llegar por la banda y Lucas Vázquez no compareció en los primeros 45 minutos. La sorpresa por la alineación de los canteranos se convirtió en la confirmación del bajón de ambos, con punto de partida hace dos temporadas. Tampoco Marcelo, novedad en banda izquierda por Mendy, supuso ninguna solución positiva para un equipo desdibujado en el regreso tras el parón por selecciones.
Zidane se vio obligado a modificar cosas y al contrario a lo que nos tiene acostumbrados, lo hizo con una revolución en el descanso. Cuatro cambios en pos de solucionar una primera apuesta que ni mucho menos salió como esperaba el cuerpo técnico madridista. La entrada de Casemiro –por Modric– devolvió la figura del pivote posicional, Asensio –por Lucas– en busca de desequilibrio y verticalidad en la derecha y Valverde –por Isco– para recuperar dinamismo y recorrido. La última modificación, obligada, era la de Sergio Ramos, que se retiró lesionado a una semana del Clásico, por él entró Militao.
Sin solución desde el banquillo
45 minutos ‘perdidos’ le salieron demasiado caros a un Real Madrid que, todo hay que decirlo, no mejoró en la segunda mitad. Ninguno de los jugadores que permanecieron en el campo, ni los que entraron, pudieron aportar soluciones que evitaran la derrota a un meritorio Cádiz que, eso sí, es un recién ascendido que visitaba el campo del Madrid. El triunfo es de órdago, al igual que el patinazo de un Real penalizado por las ‘zidanadas’ y el mal rendimiento de sus teóricos suplentes.