Tranquilidad absoluta en el hotel Aubergue du Jeu de Palme de Chantilly, en el que está hospedado el Real Madrid antes de la final de la Champions. Mientras que los nervios comienzan a aflorar en la afición del conjunto blanco en las horas previas al partido, en la plantilla reina la serenidad y la confianza de cara al choque contra el Liverpool. El núcleo duro del vestuario, acostumbrado a este tipo de acontecimientos, sabe cómo manejar la situación y apuntan a OKDIARIO que «todo va a salir bien».
El conjunto madridista tiene ante sí el partido de la temporada, pero no muestran síntoma alguno de preocupación. La calma reina en las habitaciones donde se alojan los de Ancelotti antes de jugarse el título más importante del curso, en una final en la que en principio no parten como favoritos. Sin presión, pero con el mismo hambre que en las anteriores ocasiones, el equipo confía al máximo en sus posibilidades de cara al enfrentamiento ante el Liverpool de Klopp.
Después de todo lo sucedido en esta edición, los jugadores están plenamente confiados en que la balanza caerá de su lado. Saben que no será fácil, pero lanzan un mensaje tan esperanzador como tranquilizador. Los más veteranos tienen experiencia más que de sobra en partidos de esta índole, habiendo sabido llevar la situación en todos ellos y también el triunfo, pero los más jóvenes han demostrado que a ellos tampoco les tiemblan las piernas.
El camino hasta París no ha sido nada sencillo. Han eliminado a los mejores y en el Stade de France tendrán a otro hueso, pero no parece ser problema para una plantilla acostumbrada a superar cualquier tipo de expectativa. Además, los blancos llegan en un momento de forma espectacular. Después de dejar resuelta hace un mes la Liga, llegan con las pilas cargadas a la final. Algo necesario, después de dar todo y más por alcanzar la final.
Lo hicieron contra un todopoderoso PSG que partía en las quinielas como el gran aspirante a esta Liga de Campeones. También ante el vigente campeón, un Chelsea de lo más físico, al que necesitaron remontar en el tramo final de la vuelta. Por último, el Manchester City de Guardiola parecía enterrar definitivamente las opciones de los blancos, que no se rindieron en ningún momento y acabaron dándole la vuelta a la eliminatoria en el descuento.