Para Carlo Ancelotti esta final de Champions League será sin duda una de las más especiales de su laureada carrera. Se trata de la segunda que logra alcanzar con el Real Madrid y será ante un rival que despierta muchos sentimientos para el italiano por los dos enfrentamientos ante el Liverpool en finales europeas con el Milán, con dos finales muy distintos, y por su etapa con el Everton, donde vivió el derbi de Merseyside. Será este un reto más, más grande si cabe, para Carletto, que puede convertirse en el entrenador con más Champions de la historia si gana su cuarta.
De las imágenes entre Ancelotti y Florentino Pérez, emotivas y lacrimógenas, se sacaba lo importante que era esta final para el entrenador italiano. «Gracias por traerme aquí, presi», se le podía escuchar a Carletto, no era más que el reflejo de la importancia para él de llegar a una nueva final, la quinta que alcanza como técnico en los banquillos, séptima sumando las dos que pisó como jugador. Es la segunda como madridista, la primera la ganó en un derbi ante el Atlético de Madrid repleto de épica, ¿les suena?
Con el Milán logró alzar dos de las tres que alcanzó, una de ellas en un derbi ante la Juventus y la otra ante el Liverpool, de la que se resarció tras perder la de 2005 en un partido de infarto que se decidió en los penaltis. Fue aquel partido una de las grandes espinas del italiano como entrenador, una pesadilla hecha partido. Aquel Milán, de los Cafú, Maldini, Pirlo, Gattuso, Seedorf, Kaká, Shevchenko o Crespo, logró abrumar en 45 minutos de ensueño con los que se iría al descanso ganando 3-o en Estambul. Aquel Liverpool, con Steven Gerrard y Xabi Alonso en el medio, fue el que le dio la vuelta en 15 minutos tras el descanso para el 3-3. La tanda de penaltis acabaría cayendo del lado red.
No es lo único por lo que se vuelve especial este partido a Ancelotti. El tiempo y su carrera en los banquillos llevó al italiano a una etapa diferente en la Premier League. Allí entrenó al Everton durante dos años donde se imbuyó del espíritu toffee y vivió uno de los derbis más impresionantes del mundo, el Merseyside, catalogado el derbi inglés, el que enfrenta al Liverpool y al Everton.
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«Estoy muy feliz de jugar otra final y de participar. Otra vez contra el Liverpool. He vivido allí dos años y para mí es como un derbi, porque yo sigo siendo del Everton», decía Ancelotti tras el partido, reconociendo eso que hace especial a este partido para el italiano, por lo que porta en su mochila en sus diferentes etapas. San Siro y Goodison Park dotaron de una especial rivalidad al Ancelotti con Liverpool y Anfield. En el banquillo toffee, Ancelotti no perdió ningún derbi que dirigió, empató dos y ganó uno en Anfield. Con el Real Madrid volverá a ser especial.
Por todo esto Ancelotti está ante su nuevo reto, el más ambicioso, envuelto de una magia sin precedentes por todo lo que ha vivido el equipo blanco esta temporada. Superar tres eliminatorias de Champions League ante tres gigantes como Paris Saint Germain, con el jugador más caro del mundo, Chelsea, el último campeón, y Manchester City, el club más valorado del mundo, y hacerlo con remontadas épicas, dan al Real Madrid una necesidad de ir más allá. Todo lo que relaciona al italiano con esta final la transforma en el reto más exigente y bonito del técnico en sus 25 años en los banquillos de todo el mundo. Un triunfo en París le convertiría en el entrenador con más Champions de historia. Actualmente suma tres y está igualado con Bob Paisley y Zinedine Zidane. Un sitio en la historia, a sólo un paso.
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