El Valencia ha tomado la decisión de no permitir que Netflix pueda acceder a Mestalla para tomar imágenes del encuentro que medirá a los de Rubén Baraja con el Real Madrid. El objetivo era seguir grabando el documental que la compañía está realizando a Vinicius, pero el club valenciano ha decidido dar marcha atrás.
En un primer momento, la entidad valenciana no tenía la intención de oponerse a la entrada de los equipos de la productora Conspiraçao, una de las más importantes de Brasil, que está grabando un largometraje documental sobre el futbolista brasileño para Netflix, pero finalmente ha cambiado de opinión por miedo al clima que se puede vivir en Mestalla ese día.
La realidad es que el Valencia ha querido evitar con esta decisión que se pueda utilizar cualquier imagen que pueda perjudicar al club y su afición en el documental. El clima será muy caliente contra el jugador brasileño tras los lamentables episodios de racismo que tuvo que soportar la pasada temporada, donde la entidad de Peter Lim terminó expulsando de por vida a tres aficionados que hicieron el gesto del ‘mono’ al madridista y hay un juicio en marcha.
Un partido caliente para Vinicius
Los polémicos hechos sucedieron el pasado 21 de mayo en el Valencia-Real Madrid de la temporada pasada. El cuadro ché vencía por 1-0 cuando los blancos se disponían a sacar un córner en busca del empate. Fue en ese instante cuando Vinicius comenzó a señalar a la grada, concretamente al fondo colocado tras la portería que defendía en ese momento Mamardashvili.
El delantero brasileño se acercó al fondo gritando «¡has sido tú!, ¡has sido tú!», mientras señalaba a un aficionado al que acusaba de haberle proferido insultos racistas mientras hacía el gesto del mono. El encuentro estuvo detenido durante algunos minutos.
El jugador brasileño pedía al árbitro que aplicara el protocolo antiracismo, pero solo consiguió que por megafonía se amenazara con suspender el partido por el comportamiento indeseable de algunas personas del público. Finalmente, la policía accedió a la grada para expulsar del recinto al seguidor que había insultado a Vinicius, mientras que De Burgos Bengoetxea aseguraba al jugador madridista que «si se repite, nos metemos dentro».
Con este ambiente desagradable, el choque se reanudó, aunque acabó desembocando en una tangana entre jugadores en la que Hugo Duro y Mamardashvili cogieron del cuello al propio Vinicius que, consecuentemente, se revolvió contra ellos. El VAR, manejado en aquel partido por Iglesias Villanueva decidió mostrarle a De Burgos Bengoetxea una secuencia sesgada en la que solo se veía la reacción de Vinicius, pero en la que se omitían las agresiones previas de los jugadores valencianistas sobre el delantero brasileño del Real Madrid. La mala praxis acabó con Iglesias Villanueva apartado por el Comité Técnico de Árbitros, mientras que a Vinicius le retiraron la tarjeta roja.
Vinicius, por su parte, publicó un mensaje en sus redes sociales al finalizar el partido en el que se podía leer: «El premio que los racistas ganaron fue mi expulsión. No es fútbol, es La Liga», en clara referencia al eslogan que la competición lució la temporada pasada.