La grada Mario Kempes estará cerrada durante el Valencia-Espanyol. El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) ha denegado la cautelar al conjunto che por lo que se mantiene la sanción de tres partidos y, por tanto, no podrá estar abierta para la final de este domingo en Mestalla. Este encuentro es vital para la permanencia en la Liga Santander y el club che había recurrido al TAD para intentar poder contar con el fondo de animación en este partido.
El Valencia ya había solicitado la cautelar al Comité de Apelación pero después de que estos se la denegaran el club elevó la petición al TAD, que tampoco se la ha concedido. En un inicio la grada fue sancionada con cinco partidos por los insultos racistas de algunos aficionados a Vinicius durante el encuentro contra el Real Madrid. Tras presentar el recurso en Apelación, el Comité rebajó a tres los partidos que debería permanecer vacía dicha grada.
La sanción afecta no sólo al cierre de la grada Mario Kempes ya que los casi 1.600 socios con los que cuenta el fondo no podrán ser reubicados en otra zona del estadio de Mestalla. Esta noticia es un varapalo para el club ya que el encuentro de este domingo es una final para los de Rubén Baraja. Una victoria significaría la permanencia matemática en la Liga Santander a falta de una jornada, mientras que la derrota complicaría mucho la vida al conjunto valencianista que se la jugaría en la última jornada contra el Betis en el Benito Villamarín.
Mestalla ha respondido al llamamiento del club y quieren llenar el estadio lo máximo que se pueda. Por el momento, ya se han vendido más entradas que para el encuentro frente al Real Madrid. El partido ha sido declarado de alto riesgo debido a lo que se juegan ambos equipos. El Espanyol tampoco estará solo ya que está previsto que 650 seguidores pericos se desplacen este domingo a Mestalla para alentar a los suyos.
Pancarta de apoyo a Diakhaby
Para este partido, Mestalla prepara una pañolada en el minuto 12 del encuentro como muestra de apoyo a su jugador Mouctar Diakhaby «ante el ataque de racismo» sufrido por él en el choque frente al Cádiz la pasada temporada. En el último partido, el central francoguineano no quiso posar con la pancarta con el lema Racistas, fuera del fútbol’ en señal de protesta, al no haberse sentido respaldado por las autoridades cuando fue insultado en Cádiz el curso pasado.