Antonio Rüdiger utilizó las redes sociales horas después de ser expulsado en la final de la Copa del Rey por lanzar hielo al árbitro del encuentro para pedir perdón: «No hay excusas para mi comportamiento ayer por la noche. Pido disculpas. Jugamos muy buen partido de la segunda parte en adelante…». «Después de 111 minutos no estaba disponible para ayudar al equipo más y antes del pitido final cometí un error. Pido perdón otra vez al árbitro y a cualquiera que se sintiera decepcionado ayer por la noche», añadió.
Rüdiger dejó una de las peores imágenes de la final. El defensa madridista, que estaba en el banquillo, se volvió loco en la última jugada del partido, después de que De Burgos pitara una falta de Mbappé con la que se terminaba el encuentro. El delantero le lanzó uno de los hielos que tenía colocados en sus piernas y, tras ser expulsado, intentó quitarse las dos bolsas con hielo que tenía para tirárselas también.
«En el minuto 120, el jugador (22) Rüdiger, Antonio fue expulsado por el siguiente motivo: por lanzar un objeto desde el área técnica sin llegar a alcanzarme. Tras ser mostrada la tarjeta roja, tuvo que ser sujetado por varios miembros del cuerpo técnico, mostrando una actitud agresiva», reflejó el colegiado vasco sobre la expulsión del central alemán, que se expone a un castigo de entre cuatro y 12 partidos, lo que le impediría jugar más partido de Liga.
Según el Código Disciplinario de la RFEF, en casos de intento de agresión sin contacto físico, como el que protagonizó Rüdiger con el lanzamiento de un hielo, las sanciones pueden oscilar entre cuatro y 12 partidos de suspensión, dependiendo de la gravedad y la intencionalidad del acto. Además, si se considera que hubo una conducta violenta grave, la sanción podría aumentar, incluyendo posibles multas económicas.