La final de la Copa del Rey que el Barcelona ganó al Real Madrid en Sevilla pasará a la historia por muchas cosas y, una de ellas, será por el lanzamiento de hielo de Antonio Rüdiger al árbitro. No le dio, pero sí terminó con el alemán expulsado, exponiéndose a una severa sanción. No obstante, hay un precedente al que se puede agarrar el germano, aunque parece poco probable que alguien le salve de un duro castigo.
En enero de 2015, durante los cuartos de final de la Copa del Rey que enfrentaron al Atlético de Madrid y al Barcelona, Arda Turan lanzó una bota contra el linier del encuentro, pero Jesús Gil Manzano, árbitro de la contienda, sólo le castigó con una amarilla. Días después, Competición no actuó de oficio sobre una jugada que estaba reflejada en el acta: «En el minuto 48, el jugador (10) Turan Arda fue amonestado por el siguiente motivo: lanzar su bota fuera del terreno de juego en señal de disconformidad».
El caso de Rüdiger, aunque pueda tener alguna similitud, es muy diferente al de Arda Turan. El árbitro sí expulsó directamente al jugador del Real Madrid y, además, lo dejó claramente reflejado en el acta del partido. «En el minuto 120, el jugador (22) Rüdiger, Antonio fue expulsado por el siguiente motivo: por lanzar un objeto desde el área técnica sin llegar a alcanzarme. Tras ser mostrada la tarjeta roja, tuvo que ser sujetado por varios miembros del cuerpo técnico, mostrando una actitud agresiva», escribe el colegiado vasco sobre la expulsión del central alemán.
Según el Código Disciplinario de la RFEF, en casos de intento de agresión sin contacto físico, como el que protagonizó Rüdiger con el lanzamiento de un hielo, las sanciones pueden oscilar entre cuatro y doce partidos de suspensión, dependiendo de la gravedad y la intencionalidad del acto. Además, si se considera que hubo una conducta violenta grave, la sanción podría aumentar, incluyendo posibles multas económicas.