Existe una teoría, conocida como la del Ketchup, que dice algo así como que los goles son como la conocida salsa de tomate. A veces no salen por mucho que uno apriete del bote y, de pronto y sin previo aviso, llegan todos de golpe. Esto se lo explicó Van Nistelrooy a Gonzalo Higuaín cuando ambos compartieron vestuario en el Real Madrid, pero se le puede aplicar a cualquier delantero que por un motivo y otro deteriore durante un tiempo su relación con el gol. El último ejemplo lo hemos visto con Rodrygo Goes ante el Athletic.
El delantero del Real Madrid sumaba cuatro goles en los últimos 19 partidos con el conjunto blanco. Y, lo más preocupante, es que 14 de ellos los había jugado como titular. De hecho, no veía puerta con los madridistas desde el pasado 10 de febrero, cuando cerró en el estadio Santiago Bernabéu la goleada ante el Girona. Es decir, 50 días habían pasado desde que perforarse las redes del conjunto gerundense hasta que se soltó un derechazo frente al Athletic para dejar en nada la estirada de Agirrezabala.
Rodrygo marcó el primero y se llevó la mano a la cabeza para dedicarle el gol a Jaime Salom, uno de los fisioterapeutas del Real Madrid que ha perdido a su madre recientemente. La felicidad del brasileño era máxima, ya que tras su enemistad con el gol, ha visto portería en los dos últimos partidos disputados en el Santiago Bernabéu. Uno con Brasil ante España y el del Athletic. Pero quería más. Y en la segunda mitad, tiró de calidad para romper a todo defensa que saliese a su paso y definir a la perfección cerrando el partido y haciendo el segundo tanto en su cuenta particular.
Además, de los goles, su partido fue más que notable. De lo mejor del Real Madrid sobre el césped. Marcó, luchó, creo peligro y combinó, como cuando dio un pase rompiendo a toda la defensa del Athletic para que Brahim estuviese a punto de ver portería, pero su disparo se estrelló en el palo.
Lo más importante es que Rodrygo se reconcilia con el gol en el momento más importante de la temporada, cuando el Manchester City espera a la vuelta de la esquina. Durante estos meses, Ancelotti siempre le ha defendido y ha destacado lo mucho que aporta al equipo, pero un delantero del Real Madrid necesita ver portería con asiduidad y, sin duda, esta es la mejor noticia para los blancos.
Rüdiger, el jefe de todos
Es increíble ver como Antonio Rüdiger se ha convertido en el jefe del Real Madrid. Ya no sólo de la defensa, que lleva tiempo siéndolo, sino de todo el equipo. Es el jerarca que los blancos no tenían en el centro de la defensa desde que Sergio Ramos dijo adiós. Con otro estilo, pero un seguro de vida que defiende y es un seguro de vida para todos sus compañeros. El Bernabéu, por primera vez, comenzó a corear su nombre.
Otra vez Lunin
Lunin lleva tiempo dejando claro que no sólo es un gran portero, sino que además da puntos. Ante el Athletic lo volvió a demostrar con una intervención en la segunda mitad que, de haber entrado, hubiese supuesto el empate de los vascos. El ucraniano es el dueño de la portería por méritos propios y ha sido capaz de ganarse la confianza de Ancelotti y miembros de su cuerpo técnico, que no tenían tan claro su valía para ser el guardameta del 14 veces campeón de Europa.
Las notas del Real Madrid
- Lunin: 8
- Carvajal: 7
- Rüdiger: 8
- Nacho: 6
- Mendy: 6
- Tchouaméni: 7
- Valverde: 7
- Kroos: 7
- Bellingham: 6
- Brahim: 6
- Rodrygo: 9
- Joselu: 6
- Lucas Vázquez: 6
- Modric: 6
- Camavinga: 6
- Ancelotti: 6