El Real Madrid inicia su camino en la Champions League con una estrepitosa derrota ante un Shakhtar Donestk plagado de bajas. La derrota ante el Cádiz no ha hecho reaccionar al equipo, que volvió a mostrar una preocupante falta de actitud durante la primera parte. Es difícil encontrar a alguien que se salve de la mala imagen mostrada por la plantilla, pero en particular destacan siete nombres como principales responsables de la debacle europea.
Zinedine Zidane volvió a sorprender con su alineación. Tras dejar en el banquillo a buena parte de sus titulares ante los cadistas, frente al Shakhtar volvió a tirar de inventiva para confeccionar el once. Si las múltiples bajas con las que llegaban los madridistas no eran suficientes, el técnico introdujo seis variaciones respecto a lo visto el sábado y, una vez más, no le funcionaron.
Las ‘zidanadas’ se han convertido ya en una constante y en el debut continental no podían faltar. El técnico volvió a prescindir de Vinicius para la Liga de Campeones, pero además también quitó a Benzema y Kroos, con vistas al Clásico. Marcelo se mantenía, Mendy aparecía en la derecha, Militao entraba por Ramos y Asensio, Rodrygo y Jovic completaban la tripleta de ataque.
Visto la bochornosa actuación del equipo durante los 45 primeros minutos, en los que recibieron los tres goles, terminó metiendo a los tres jugadores que, contra todo pronóstico, habían salido del once. El entrenador madridista queda como el principal responsable de la derrota de los blancos y su labor está más en cuestión que nunca… a tres días del Clásico ante el Barcelona.
Gran parte de que la responsabilidad corra a cargo del francés, la tienen la actuación de los jugadores a los que da confianza y no le responden. Asensio, Rodrygo y Jovic no aparecieron en la primera mitad. Cierto es que el balear sí que se mostró con ganas y trató de buscar el balón, pero no termina de estar al nivel esperado. El jugador continúa sin tener una regularidad que le permita coger los galones que por calidad le pueden llegar a corresponder.
En el caso del brasileño y el serbio, estuvieron desaparecidos durante su presencia sobre el césped del Di Stéfano. El extremo jugó sólo hasta el descanso, ganando tres duelos de 10, perdiendo siete balones y cayendo una vez en fuera de juego. Aquel jugador que se presentó hace un año deslumbrando ante el Galatasaray, no ha vuelto a aparecer.
Del delantero, poco nuevo se puede decir. Aún se sigue esperando al killer que se fichó tras marcar con el Eintracht 27 goles en la temporada 2018-19. Ante el Shakhtar remató dos veces, fallando un gol cantado que hubiese empatado el partido a uno. Permaneció en el verde hasta el minuto 59′, cuando entró en su lugar Vinicius. Pocas pegas se le pueden poner al cambio.
Una defensa desastrosa
La pasividad defensiva vista contra el Cádiz, volvió a aparecer contra los soviéticos. Si los gaditanos perdonaron, los de Donestk supieron aprovechar sus oportunidades para mandar al descanso con una superioridad insultante. La ausencia de Ramos volvió a ser capital y se notó en exceso. Algo normal si su sustituto es Militao.
El brasileño sigue sin encontrar su sitio en el Real Madrid y ante el Shakhtar volvió a demostrarlo. Medía mal en sus salidas y perdía la posición constantemente. En la banda izquierda, entre él y Marcelo abrieron una autopista a los atacantes de los ucranianos, que no dudaron en aprovechar. El lateral izquierdo volvía a ser titular, pese a su pésimo partido ante el Cádiz, y continuó en la misma línea. Le resultó imposible cubrir su espalda, habilitó varios fueras de juego y sus carreras a medio gas para defender volvieron a costarle caras al equipo.
En lo que respecta a Varane, el central ejercía de líder de la defensa en ausencia de Ramos y volvió a desentonar. Aunque no se lo pusieron fácil sus compañeros, no fue igual de contundente y de seguro que cuando tiene a Ramos como pareja de baile. Para colmo, volvió a tener una noche negra en Champions, marcándose en propia puerta.
