Ramón tenía razón

El Real Madrid, solo en un imposible

Real Madrid
La aventura parece cerca de terminar. La última escenificación de Laporta reuniéndose con la EFC, antigua ECA, y sus declaraciones posteriores anunciando negociaciones de la Superliga con la UEFA, pero siempre con la premisa del retorno de los clubes de la Superliga a la UEFA, deja al Real Madrid, todavía sin postura oficial, solo en un imposible. Quizás haya llegado el momento de hacer un primer balance, aunque será el tiempo en el que nos permita calibrar la utilidad que tuvo esta iniciativa que comenzó con una propuesta muy ambiciosa y fue perdiendo ambición a pesar de asistirle la razón jurídica.
Todo comenzó con una propuesta de máximos a la que se adhirieron doce grandes clubes. Durante unas horas el mundo del fútbol quedó en shock, pero las protestas populares, muchas de ellas parecieron demasiado coordinadas, y la respuesta de UEFA, Federaciones y Estados, pronto provocó la separación pública, que no legal, de nueve de los fundadores. Amenazas de la UEFA, legislación ad hoc de los estados y una batalla judicial que comenzó y acabó en diciembre de 2023 dando la victoria a la Superliga. Sin embargo, aparentemente, faltaba lo más importante: una masa crítica de clubes que se lanzase a la aventura y pudiese generar un efecto palanca.
En el camino, la UEFA ha cambiado el formato de la Champions repartiendo más ingresos a los clubes y dando una respuesta a una de las pretensiones de la Superliga. Las últimas informaciones indican que también están siendo negociados los derechos de retransmisión y una nueva vuelta de tuerca al formato. No sé cómo acabarán esas vías de negociación, no suelo comprar el triunfalismo de Laporta, pero sin duda serían pequeños triunfos si nos retrotraemos a la Superliga original y triunfos algo más sustanciales si tenemos en cuenta la posición negociadora actual.
Para hacer una valoración global, el juez tiempo será fundamental. ¿Cuánto cambiará el fútbol durante los próximos años y por influencia de la Superliga? ¿Habrá servido de reflexión para la industria? ¿Merece la pena haber emprendido una aventura con tanto desgaste? ¿Es suficiente haber estado en el lugar correcto de la historia?
Los próximos meses nos darán algunas respuestas, pero otras preguntas deben tener una respuesta más filosófica que práctica. Lo cierto es que la industria del fútbol tenía un gran problema cuando se anunció la Superliga. Lo cierto es que la UEFA operaba en régimen de monopolio y abuso de su posición. Hoy no habrá Superliga, tampoco mañana, pero en el futuro podrá volver a surgir una iniciativa que compita con la UEFA si ésta vuelve a abusar y esa iniciativa contará con el respaldo legal. No era lo pretendido, pero tampoco es nada.

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