El Real Madrid volvió a ganar y lo hizo gracias a su reencuentro con el gol. El conjunto blanco se resarció contra el Alavés con su mal de cara a puerta en los últimos partidos y lo hizo con cuatro goles que alivian, por el momento, los problemas de los madridistas a la hora de generar en ataque y de marcar. La falta de puntería les había condicionado en los últimos encuentros, de los que habían ganado únicamente uno, pero en Vitoria la solvencia goleadora posibilitó una victoria que les sirve para mantenerse vivos en la lucha por la Liga.
Los blancos ponen fin así a su mal arranque de año. 2021 no había podido empezar peor para los de Zidane, que se impusieron al Celta, pero empataron frente a Osasuna, además de quedar fuera de la Supercopa frente al Athletic y de la Copa del Rey contra el Alcoyano. Ya habían dado síntomas de ello frente al Elche, al empatar también en su visita al Martínez Valero y romper la racha de victorias que les había reenganchado a la Liga.
En aquellos encuentros, los madridistas marcaron únicamente cinco goles. Unos números insuficientes que les ha costado renunciar a dos títulos y complicarse en exceso sus aspiraciones en el tercero en juego esta temporada. La falta de gol es aún más preocupante si se tienen en cuenta los remates que se produjeron en esos encuentros. Los blancos dispararon un total de 77 veces, lo que supone una media superior a 15 disparos por cada gol marcado.
El Real Madrid acusó una falta de puntería propia de otros tiempos, que contrastan con lo visto en los partidos previos al bache. Durante los cinco partidos anteriores al del Alavés, la falta de solvencia en ataque se había convertido de nuevo en una preocupación. Más aún tras la eliminación en Copa contra el Alcoyano de Segunda B, en el que sólo fueron capaces de hacer un gol en 120 minutos, pese a intentarlo en 24 ocasiones.
Los blancos únicamente consiguieron doblegar al Celta en el primer partido de 2021, mientras que cayeron en semifinales de la Supercopa ante Athletic por 1-2, probando la meta de Simón en un total de 21 ocasiones, y empatando a cero con Osasuna y a uno frente al Elche. En Pamplona bajaron considerablemente sus acercamientos, disparando únicamente en 9 ocasiones, por las 14 que lo hicieron en Elche.
El reencuentro con el gol del tridente
Benzema, Asensio, Hazard y el resto de integrantes de la ofensiva de Zidane acusaban una falta de instinto representada en la mala racha del francés. Desde que arrancó la temporada, el delantero centro por excelencia de la plantilla se había encargado de tapar cualquier tipo de insinuación sobre la falta de gol del equipo. Sin embargo, un gol en cinco partidos para el ‘9’ eran unos registros alejados de los habituales y que el equipo notaba.
Benzema llegaba de un momento espectacular, en el que se convirtió en el líder indiscutible del equipo arriba. Sus seis goles en las seis victorias consecutivas de los blancos habían sido de gran ayuda para superar una situación límite, en la que estuvieron a punto de quedar fuera de la carrera por la Liga y por la Champions.
Su apagón en los últimos encuentros se unía al de Hazard y Asensio. El belga, que jugó sus primeros minutos en Elche, no consiguió ver puerta hasta la victoria en Mendizorroza, mientras que Asensio únicamente marcó un gol en el partido frente al Celta, el único encuentro salvable del bache en el que se han visto inmersos.
Pero ante el Alavés, se vio un Madrid distinto, con más chispa y, sobre todo, con más puntería. La asociación Hazard-Benzema comienza a funcionar y se dejó notar en Vitoria. Allí los madridistas volvieron a presentar unos números fiables de cara a puerta, con cuatro goles en 10 remates. Pasaron de necesitar 15 disparos para marcar un gol a ver puerta con una frecuencia de 2,5 intentos. Además, tres de los goles tuvieron protagonismo directo de sus dos estrellas. Hazard marcó uno y asistió a Benzema en uno de los dos que firmó el delantero.
Con menos efectivos en ataque
Los cuatro goles marcados en Mendizorroza suponen un respiro para el conjunto madridista que, además, ha visto como su plantilla se ha reducido en este mercado en lo que a jugadores de ataque se refiere. Zidane únicamente dispone de Mariano como suplente de su principal goleador, tras la salida de Jovic. Además, futura la marcha de Ödegaard al Arsenal les deja sin un jugador que sea capaz de desatascar en la elaboración ofensiva.
A eso se suma el mal momento por el que pasa Vinicius, que ha perdido la chispa y la capacidad de ser un jugador determinante en el ataque. El brasileño se ha caído definitivamente del once y apenas cuenta con minutos, lo que parece haber implicado una consecuente pérdida de confianza en sí mismo. Por si fuera poco, otro de los recursos goleadores del equipo, Rodrygo, estará de baja aún durante el próximo mes y medio.
Pero ante este panorama que podría ser desolador, el Real Madrid tiene a qué aferrarse. El paso adelante dado en Mendizorroza puede devolver al equipo a la senda de la victoria y hacerles recuperar la moral perdida en los últimos encuentros, en los que las cosas no han terminado de salir como se esperaban. La afinación de la puntería supone un factor al que agarrarse para confiar en la recuperación del equipo de cara a los próximos partidos y a lo que queda de temporada.