Vinicius Junior sigue perdiendo importancia en los planes de Zidane. El jugador del Real Madrid ha pasado de ser uno de los jugadores más determinantes en el comienzo de la temporada, a tener una influencia irrelevante en los últimos encuentros. De manera progresiva, sus apariciones han ido disminuyendo y su peso se ha visto reducido al mínimo. En los últimos partidos, ha disfrutado de escasos minutos en el tramo final, sin tiempo para poder hacer algo destacable.
El brasileño se ha confirmado como un jugador diferencial, dadas sus condiciones. Su velocidad y desborde al encarar han sido claves a la hora de desatascar el ataque de los blancos en muchos de los partidos de este curso. Sin embargo, su intermitencia le ha impedido asentarse en el equipo de Zidane y, a medida que han ido pasando los encuentros, ha ido perdiendo presencia sobre el césped.
En los últimos encuentros del conjunto blanco, su papel ha sido irrelevante. Aunque en los tres últimos enfrentamientos ha entrado al terreno de juego, lo ha hecho demasiado tarde como para darle tiempo a proponer o a hacer algo reseñable. Tras ser baja para el partido ante el Eibar, regresó con 13 minutos frente al Granada, mientras que contra Elche y Celta tuvo cinco minutos en cada encuentro.
Asensio y Lucas están por delante
Vinicius ha pasado de ser un jugador capaz de cambiar el rumbo del encuentro con su fútbol, a verse superado por varios de sus compañeros en el ataque. Pese a que comenzó siendo el principal recurso para Zidane en el extremo izquierdo ante la baja de Hazard, en los últimos tiempos Lucas Vázquez y Asensio le han ganado la partida, entrando antes en los planes del entrenador.
La ausencia del belga en el primer tramo del curso le hizo tener una oportunidad para demostrar que puede ser un jugador muy a tener en cuenta para Zidane. Con goles y asistencias en partidos importantes, fue convirtiéndose en un fijo, pero en los últimos compromisos de los madridistas, ha vuelto salir perjudicado en el reparto de minutos de Zidane.
El técnico ha encontrado su once tipo, que le ha permitido encadenar una racha de ocho partidos consecutivos sin perder, ganando siete de ellos. Con Lucas Vázquez como indiscutible en la derecha, Vinicius comenzó por delante de Asensio en los cuatro primeros partidos de la racha, que fueron fundamentales para que los blancos siguieran peleando por los objetivos en Liga y Champions.
Sin embargo, tras perderse el partido ante el Eibar por lesión, ha perdido su sitio. Rodrygo fue de la partida en aquel encuentro y repitió frente al Granada, pero al producirse su lesión, el que entró en el césped fue Asensio. Su gran partido provocó que el balear no saliera del once en el resto de encuentros y está demostrando que está en un gran momento.
Si a la preferencia de Zidane por Asensio se le añade el empeño del técnico en hacer los cambios demasiado tarde, el resultado no es otro que la pérdida total de protagonismo de Vinicius. El brasileño ha quedado condenado a disputar minutos residuales, que le impiden mostrarse como una alternativa en el ataque y pelear con el resto de jugadores por un puesto. En sus últimos tres partidos, ha sumado sólo 23 minutos, insuficientes para poder apenas tocar el balón.
La recuperación de Hazard le perjudica
Su pérdida de peso en los planes de Zidane llega en el peor momento posible. Eden Hazard está recuperado de su última lesión y el técnico quiere introducirlo poco a poco en el equipo, lo que reduce aún más las opciones de Vinicius. El canarinho debería ser en condiciones normales el sustituto del belga en el once, una vez la estrella madridista esté en plenas condiciones.
Sin embargo, por lo visto en los últimos partidos, con Lucas Vázquez como inamovible en el costado derecho, Asensio se ha convertido en el principal recurso para la banda natural de Vinicius, en ausencia Hazard. Hasta que el ex del Chelsea esté al cien por cien, sus apariciones se alternarán con las del mallorquín, por lo que Vini quedará relegado a un tercer plano, sin apenas opciones.
Acostumbrado a ser intermitente
Pese a su influencia en el juego de ataque del equipo en las últimas temporadas, Vinicius no ha terminado de asentarse en el conjunto madridista. A sus 20 años ha alternado momentos en los que su presencia sobre el césped era indiscutible, con apagones que le condenaban al banquillo.
Su intermitencia se ha convertido en una constante en los últimos tiempos. De hecho, en lo que va de curso, no es la primera vez en la que pasa de estar en lo más alto, a sentarse en la grada del Di Stéfano. Acostumbrado a vivir en una montaña rusa, su titularidad nunca ha sido indiscutible, aunque en esta ocasión pasa por el peor momento de la temporada y, viendo el rendimiento de los jugadores que tiene por delante, no parece que a corto plazo se vaya a invertir la situación.