«El objetivo era pasar y por eso me voy contento. Nos falta continuidad y ser más constantes en el rendimiento durante los partidos y cerrar el partido y ser más maduros», aseguró Xabi Alonso tras la rueda de prensa que ofreció en El Prado minutos después de que el Real Madrid eliminara al Talavera con más dudas que certezas. Los blancos, que salieron serios, terminaron sufriendo cuando el donostiarra dio entrada a los primeros espadas y si no llega a ser por Mbappé, que hizo dos goles y provocó otro en propia puerta, y Lunin, salvador, se hubiese metido en un lío.
Xabi Alonso se quedaba con el objetivo cumplido de pasar de ronda sin ponerse la cara roja por caer contra un equipo que está en puesto de descenso en Primera Federación, pero la realidad es que el Real Madrid, que controló el partido hasta el Talavera hizo el 1-2, dejó una imagen más que preocupante contra los cerámicos.
El Real Madrid no estuvo bien y la imagen de algunos jugadores estuvo muy lejos de ser la esperada. Especialmente, los que entraron en la segunda mitad para, supuestamente, cerrar el encuentro. Tchouaméni y, sobre todo, Bellingham, que no apareció por El Prado, quedaron muy señalados en un partido donde se debe recordar que los blancos jugaron contra un equipo que está en puestos de descenso en la tercera categoría del fútbol español.
Por ello, lo único que se puede llevar en clave positiva de El Prado este equipo es que estará en los octavos de final, donde le tocará un Segunda División. El resto son todo dudas. El Real Madrid dejó una imagen muy pobre contra un equipo de inferior categoría y estuvo mucho más cerca de lo que parece del abismo. Bueno, lo evitó una parada magistral de Lunin, un gol en propia puerta y dos dianas de Mbappé, una de ella de penalti.
Otra final contra el Sevilla
El próximo sábado, a las 21:00 horas, Xabi Alonso jugará otra final por su puesto contra el Sevilla. Una derrota dejará sin trabajo al donostiarra. Un empate, también. E, incluso, ganar dejando dudas no le permitiría estar tranquilo. Sólo una victoria solvente le permitiría pasar una Navidad tranquila pensando en el Betis y, sobre todo, en una Supercopa de España donde se la volverá a jugar. El donostiarra vive al borde del abismo constantemente y parece complicado que su situación cambie pronto.
