Del estadio Nacional de Varsovia al Santiago Bernabéu en Madrid. De la Atalanta a Osasuna. Escribe Mbappé el segundo capítulo de su libro titulado Real Madrid con idéntico guion que el primero. Festejando un gol y jugando por el centro. Lo primero fue la tónica habitual, hasta en 44 ocasiones lo repitió y con una Bota de Oro de por medio. Lo segundo pasó de extraordinario a ordinario a lo largo del pasado curso y será lo común para la actual campaña.
Mbappé completó su debut liguero ante el conjunto navarro desempeñándose por como delantero centro, mientras que Vinicius y Brahim primero y Mastantuono después fueron sus acompañantes por los costados. Así permanecerá, al menos, hasta la vuelta de Bellingham. «Me siento muy bien, pero lo más importante es ayudar al equipo. Tanto ofensiva como defensivamente. El resto va a pasar, si tengo un espíritu de ayudar al equipo vamos a ganar partidos», expresó el galo tras la primera jornada.
El espíritu lo tiene. Tal vez impulsado por ese cambio de dorsal, del ‘9’ de la temporada pasada al ’10’ actual. «No sé si es por eso, pero se le nota», aseguró Xabi Alonso. Lo cierto es que Mbappé vuelve a ser visto y sentirse más como delantero centro. Sin embargo, no choca con su esencia. El francés, de naturaleza potente, cambio de ritmo y regate, fue el futbolista que más regates completó contra Osasuna. Ocho de los doce que intentó.
Mbappé, a su llegada el verano pasado al Real Madrid, se encontró con Vinicius galopando por la izquierda, su zona de confort. Por ahí tuvo que comenzar a centrar su mando de operaciones dentro de la libertad que posee para moverse por el flanco ofensivo. Xabi Alonso ha sido claro con ambos futbolistas. Pretende fomentar su conexión mejor sobre el campo. Su objetivo es que se complementen, que interpreten juntos los espacios, se muevan de forma coordinada y generen peligro real y sostenido sobre las defensas rivales.
Mbappé viene de destacar en la pretemporada exprés por su físico. Se le ve más liviano, ha reducido masa muscular y ha recuperado parte de su enorme y poderosa velocidad. Sobre todo, está mostrando unas ganas que le convierten en un futbolista aún más peligroso. «Quiere inspirar a los que tiene a su alrededor. Si eso ayuda con el número, pues fantástico. Se sienten esas ganas en el día a día y ha generado estas jugadas diferentes que son decisivas», argumentó Xabi Alonso tras la victoria sobre Osasuna.