La gran victoria de Carlo Ancelotti llegó en Stamford Bridge. El italiano necesitaba una noche como la que vivió junto a sus jugadores y el cuerpo técnico en Londres. El Real Madrid ganó 1-3, Benzema dejó claro que es una futbolista de leyenda, Courtois confirmó por enésima vez que es el mejor portero del mundo y tanto Casemiro como Carvajal subieron notablemente su nivel, pero sin duda el que salió reforzado de la capital londinense fue Carletto. Su idea triunfó y los blancos dieron un paso muy importante para estar en semifinales de la máxima competición continental.
Ancelotti dejó los experimentos a un lado y apostó por la lógica. Si el Chelsea es un equipo físico que va a exigir lo mejor de los jugadores, lo normal es meter en el once titular un pulmón como es Fede Valverde. El Pajarito fue la gran novedad de la alineación ante el Chelsea y el resultado llenó de razones al italiano. Los blancos fueron infinitamente superiores que el vigente campeón de Europa, que se vio superado e incapaz de plantar cara al Real Madrid. Es cierto que con Benzema todo es más sencillo, pero no se puede quitar el más mínimo mérito al planteamiento del entrenador italiano.
Ancelotti apostó por meter a Fede Valverde en la derecha. De hecho, al comienzo del encuentro actuó casi de lateral derecho, pero con el paso de los minutos el rendimiento del equipo permitió al uruguayo adelantar su posición. Los blancos estuvieron muy bien plantados sobre el césped durante los primeros 90′ de una eliminatoria que se decidirá dentro de una semana en el Santiago Bernabéu. Y es que, Carletto ha sido el primero que ha desnudado futbolística y tácticamente al Chelsea de Tuchel.
Esta victoria es especial para Ancelotti por como ha sido. Primero, el italiano se incorporó a la concentración del equipo en Londres en la misma mañana del partido, ya que estaba pendiente de dar negativo en un test PCR para confirmar que había superado el coronavirus. Después, por como estaba jugando el Real Madrid en los últimos tiempos. La dura derrota ante el Barcelona en el Clásico hizo daño a Carletto, que frente al Celta sí gano, pero no dejó mejores sensaciones. Con este triunfo el italinao ha dado un puñetazo encima de la mesa y, sobre todo, ha encontrado la fórmula para poder competir por todo.
