El fichaje de Mbappé se ha convertido en toda una obsesión para el Real Madrid. Desde que en 2017 se escapara tras tener todo acordado porque no se le podían garantizar los galones que la BBC se había ganado, el francés se ha convertido en el objeto de deseo de todo madridista. Y si hablamos de madridista, tenemos que colocar a Florentino Pérez al frente del escuadrón. Probablemente el presidente madridista no ha dejado de pensar ni un sólo día en cómo hacer posible un fichaje que tuvo tan cerca y que parece encajar a la perfección con la grandeza del club que preside.
Por supuesto que el fichaje de Mbappé obedece en primer término a una necesidad deportiva. Fichar al genio parisino supone tener a uno de los jugadores llamados a dominar los próximos años. En un equipo famélico de gol tras la salida de Cristiano, la llegada de Mbappé supondría una evidente subida de nivel que le haría saltar un par de peldaños en busca del cetro europeo del que se despidió en 2018. Velocidad, gol, desequilibrio: Mbappé tiene en su librillo aquellas cosas de las que ha adolecido el Madrid en los últimos años y cuya carencia le ha obligado a tener que empezar cada partido 0-0 en el más amplio sentido de la palabra. Mbappé sería un atajo en muchísimos partidos que se han complicado en los últimos años. Su pareja con Benzema, o quizás con Haaland, supondrían un billete de primera clase hacia los triunfos.
Pero más allá de la imperiosa necesidad deportiva suficiente para justificar una oferta de 200 millones de euros con un solo año de contrato, el fichaje de Mbappé representaría la vuelta del Madrid hegemónico al mercado. Florentino lleva bastante tiempo sin poder pronunciar su «nacido para jugar en el Real Madrid» sintiéndose auténticamente realizado. La austeridad y responsabilidad se han adueñado del club en los últimos tiempos en la confianza de que la caza mayor era este chico francés y no las decenas de delanteros de segundo nivel que la prensa reclamaba. Su fichaje representaría la vuelta de un Real Madrid dominador del mercado, la representación de que el conjunto blanco es el cenit para cualquier futbolista y, por qué no, un triunfo frente a un club estado. Florentino es conocedor de que, más allá de las bondades futbolísticas de Kylian, su fichaje sería galáctico y volvería a colocar al Madrid en el primer plano de la escena del fútbol mundial. Mbappé está llamado a protagonizar más de una gala del Balón de Oro.
Las declaraciones del jugador a medios franceses parecen apuntar a un fichaje seguro, sin embargo su madre ha mencionado la posibilidad de una renovación. No cabe duda que quedan todavía varios pasos por recorrer, pero lo que sabemos seguro es que nunca un fichaje representó más para un madridismo ávido de volver a ser el protagonista de esta historia llamada fútbol. Kylian, son sólo tres meses los que te separan de tu sueño. Aguanta.