Karim Benzema jugará en París, su casa, un partido que vale oro. El francés ha hecho méritos de sobra a lo largo de la temporada para ser elegido mejor jugador del mundo, pero si es capaz de guiar al Real Madrid hacia la Decimocuarta frente el Liverpool acabará con cualquier tipo de debate. Sólo habrá un candidato para ir coleccionando todos los galardones individuales que se otorgan a final de cada curso y ese será el madridista, que ha demostrado que es el mejor del planeta.
La temporada de Benzema ha sido hasta la fecha simplemente espectacular. El francés suma 44 goles y ha repartido 15 asistencias en los 45 encuentros que ha jugado este año. Unos números impresionantes que son los culpables de que el Real Madrid haya ganado la Liga en abril y esté a un partido de conquistar una nueva Champions. Desde la marcha de Cristiano Ronaldo, Karim había dado un paso al frente, pero lo que está siendo capaz de mostrar al mundo del fútbol en esta temporada no tenía precedentes en su carrera. El galo ha participado en 60 goles madridistas.
Futbolísticamente, tampoco hay duda de que es el mejor. Si uno se aleja de los fríos números de las estadísticas y se queda mirando como Benzema entiende este juego que mueve masas, entiende rápidamente que no hay nadie en el planeta en estos momentos que le supere. Es inteligente, derrocha calidad por los cuatro costados y comprende a la perfección todas las facetas del deporte rey. Por todo eso, si el Real Madrid es capaz de vencer al Liverpool en París, Karim saldrá de su país con una nueva Champions para su palmarés, la quinta, y esperando recibir todo tiempo de premios individuales. Esos a los que nunca ha dado mayor importancia, pero que son de justicia que los gane.
Su Champions
La Champions de Benzema es, simplemente, espectacular. El francés ha sido capital para que el Real Madrid esté en París. Suma 15 goles, por lo que si consigue un doblete contra el Liverpool en la gran final igualará el registro que consiguió Cristiano en dos temporadas. Pero es que Karim ha sido mucho más. Sólo ha dejado de marcar en dos partidos, el debut ante el Inter y en la ida de octavos de final contra el PSG, donde forzó para jugar y firmó el peor partido de la temporada. En el resto tiró del equipo siempre.
En la fase de grupos hizo cinco tantos en los cinco partidos que jugó, ya que se perdió el duelo contra el Inter de Milán de la última jornada. Pero donde realmente ha empezado a brillar ha sido en las eliminatorias. Dejando a un lado el duelo anteriormente recordado ante el PSG, en la vuelta en el Santiago Bernabéu se deshizo marcando un hat-trick que llevó a los blancos a cuartos. En Londres hizo otras tres dianas, mientras que en la vuelta marcó en la prórroga el tanto que daba el pase a los madridistas. Y frente al Manchester City volvió a brillar. Dos goles en Inglaterra, uno de ellos desde el punto de penalti a lo Panenka, y la tercera diana en el Bernabéu, permitieron a los de Ancelotti sellar el billete para la gran final, donde espera poner la guinda.
