Aleksander Isak fue el gran protagonista de la machada de la Real Sociedad en el Santiago Bernabéu. Los donostiarras asaltaron el coliseo blanco para dejar fuera de la Copa del Rey al Real Madrid y plantarse en las semifinales de la competición del k.o. con dos goles del sueco, que en esta ocasión fue rival pero, si no hubiese dejado plantado a los madridistas en enero de 2017, podría haber vestido de blanco.
Isak, siempre comparado con Ibrahimovic, estuvo muy cerca de convertirse en jugador madridista en aquel mercado de invierno, pero el delantero decidió dejar plantado al Real Madrid, que daba el trato por cerrado hasta el punto de que le estaban esperando en el palco, tenía billete de avión y hotel en la capital, y cogió un vuelo a Dortmund para fichar por el Borussia.
Tres años después, tras no cuajar en Alemania y deslumbrar en Holanda, se ha vuelto a cruzar en el camino del Real Madrid para ser su verdugo. El atacante hizo un partido descomunal ante una defensa madridista que lo pasó muy mal cada vez que encaraba. Hizo dos goles y, si no llega a ser por el VAR, hubiese firmado un triplete en el Santiago Bernabéu, ese que hoy podría ser su estadio y donde no se presentó aquel mes de enero.
