El Real Madrid vuelve al escenario donde todo empezó en este nuevo formato de la Supercopa. Los blancos ganaron con solvencia la última edición celebraba en Arabia Saudí –en los albores de 2020, antes de la Pandemia– y ahora esperan sumar un nuevo título que los corrobore su condición de favoritos en la Liga. Los pupilos de Ancelotti se medirán por primera vez al Barcelona en la nueva Supercopa siendo esta la semifinal que abre torneo.
Con Vinicius y Benzema en un estado de forma salvaje, el Real Madrid tiene sobrados motivos para confiar en que lograrán el pase. El equipo blanco ha recuperado la velocidad de crucero tras el tropezón inicial de 2022 ante el Getafe habiendo superado al Alcoyano y al Valencia en sendas goleadas. Si hay algo que Ancelotti querrá mejorar de las prestaciones de su equipo será una defensa que ha dejado de registrar porterías a cero, aunque nadie cuestiona que el tridente formado por Alaba, Militao y Mendy es diferencial para la tranquilidad de Courtois.
En el once de Ancelotti quedan apenas un par de incógnitas que resolver en los nombres que jugarán en la banda derecha, tanto en el lateral como el extremo. La lógica nos empuja a pensar que Carvajal y Asensio serán los elegidos por Carletto, pero que nadie descarte una eventual irrupción de Nacho, Rodrygo o Lucas Vázquez en estas posiciones. Nadie acoge la más mínimo duda de que Casemiro, Kroos y Modric estarán en la sala de máquina blancas con los ya mencionados Vini y Benzema buscando los goles.
Xavi trae a la caballería
El Barça, por su parte, comparece con un número de armas inesperado en este duelo. Se espera que Ferran Torres haga su debut como culé y que Ansu Fati y Pedri reaparezcan tras las lesiones en un partido donde quizá la falta de ritmo sea su peor enemigo. Pese a todas esas novedad, Xavi sigue teniendo a gente importante en la enfermería con ausencias notables como Memphis, Eric García o Sergiño Dest.
Los culés van a confiar gran parte de sus posibilidades a un Dembélé que jugó de titular en la última jornada de Liga y que parece haber dejado atrás todos sus problemas físicos. El francés debería estar acompañado por unos De Jongs que han sido de los mejor de los azulgrana en los últimos compromisos. Luuk se ha ganado el respeto como un rematador de postín, mientras que Frenkie parece estar en un alto en su trayectoria en el Barça tras un año lleno de valles.
Veremos cuál es la situación de un Piqué que ha venido calentando el partido a su manera. El central ha hablado en redes sociales largo y tendido sobre los árbitros alcanzando un nivel de crispación importante en el estamento arbitral. El jugador será titular y tiene la compleja misión de parar a dos jugadores que suman en Liga hasta la fecha 29 dianas, casi tantas como todo el equipo culé.
Habrá que ver cómo se las apaña un Xavi para detener especialmente a Vinicius Jr. El brasileño puede destruir tanto a Dani Alves como a Mingueza si el técnico se decantase por ellos. Es posible que si Araujo puede reaparecer tras su operación de mano pueda ocupar el lateral diestro, posición que no le es ajena, dejando el centro de la zaga a Piqué y Lenglet. Sea como fuere, esa es la principal preocupación para unos culés que no esperan grandes cosas de una Supercopa que les ha sido esquiva y muy dañina en este formato.
Hace dos años, Ernesto Valverde perdió su puesto de entrenador tras una derrota contra el Atlético de Madrid en semifinales y que fue el germen del 8-2 que luego endosaría el equipo en Champions ante el Bayern con Quique Setién al frente. El año pasado, el Athletic de Bilbao les ganó en la final de Sevilla en una prórroga que terminó con Messi expulsado y con la famosa escena de la trompeta de Villalibre. La historia es peligrosa para un Barça que podría salir goleado.