Camino de la Décima, el Real Madrid se tuvo que medir al Bayern de Múnich en semifinales de la Champions. El equipo alemán era el gran favorito para hacerse con el título aquella temporada. Era el vigente campeón y en el banquillo tenía a Pep Guardiola, que estaba completando su primera temporada en Baviera. Lo que se vivieron en aquellos 180 minutos de épica y calidad a partes iguales es uno de los grandes momentos en la historia del rey de la competición.
El Real Madrid ganó 1-0 en la ida, celebrada en el estadio Santiago Bernabéu. Aquella noche, aunque cuando empezó el partido todavía lucía el sol en la capital de España, Ancelotti no pudo alinear a Gareth Bale. Los blancos tiraron de orgullo para llevarse un gran botín a Alemania. El único gol de aquel encuentro nació en la banda izquierda, cuando Coentrao puso un balón raso a Benzema que no dudó en batir a Neuer. Luego, los madridistas sufrieron para mantener la renta e Iker Casillas tuvo que realizar varias intervenciones de mérito.
Tras el encuentro, Karl-Heinz Rummenigge, director general del Bayern, aseguró durante la cena que en la vuelta iban «a arder hasta los árboles». Pero con lo que no contaban los germanos es que en el Allianz los bomberos blancos iban a apagar cualquier fuego.
El partido empezó en Múnich y a los 16 minutos Ramos ponía por delante al Real Madrid. 4’ después, el propio Sergio repetía cabezazo para hacer el 0-2. Y antes del descanso, una contra perfectamente dirigida por la BBC acabó en gol de Cristiano. El portugués puso la guinda en el segundo acto con un tanto de falta que se coló por debajo de la barrera.
Con este resultado, el Real Madrid ganaba por primera vez al Bayern en su estadio y conseguía un resultado histórico que Guardiola nunca digirió. «La pelota cuando más rápido va más rápido vuelve. Y la verticalidad sus virtudes es que son rápidos a la contra. Y ahí el Madrid es imparable. Son atletas y si les dejas correr, en esta cuestión del ida y vuelta es un riesgo», dijo el catalán tras el partido celebrado en el Bernabéu. Esos atletas ganaron aquella Champions y luego se convirtieron en una de las grandes dinastías del deporte mundial a conquistar tres Orejonas más consecutivas.
En la previa del duelo que se celebrará en Mánchester, Ancelotti fue preguntado por estas palabras y con su clase habitual despejó a la perfección: «Es una evaluación suya. No lo recuerdo, no quiero entrar en esto. Tengo un buen recuerdo, mañana va a ser otra historia. Ojalá podamos salir bien de esta eliminatoria».
