Hans-Joachim Watzke quiere retener a sus dos grandes cracks en el Borussia Dortmund, Erling Haaland y Jadon Sancho, de cara a la próxima temporada. Para ello necesitará de la vuelta del público a los estadios, ya que de no ser así tendrá que dar salida a alguno de ellos con facilidades, con el Real Madrid y otros grandes clubes al acecho por Haaland y Sancho, que sigue despertando pasiones en la Premier League.
Preguntado por si llegará algún gran jugador al Borussia Dortmund el próximo verano, Watzke sorprendió con su respuesta. «En medio de una pandemia, ya no descarto nada. Pero no es necesariamente el objetivo. Lo más importante es el equilibrio financiero: queremos tener un equipo fuerte en el campo y, al mismo tiempo, ser económicamente estables. Si vamos a jugar sin espectadores durante la próxima temporada, sin duda tendremos que pensar en vender a un jugador. Porque pedir un crédito a los bancos sólo para no vender un jugador no va a ser nuestro camino».
«Ahorramos la mayor cantidad de dinero posible. Nuestros jugadores continúan renunciando a un determinado porcentaje de su retribución, por lo que hasta ahora se ha evitado una posible jornada reducida para el resto de empleados de la empresa. También nos hemos abstenido de cubrir algunos puestos y para no aplazar las inversiones obligatorias…», añadió el CEO del Dortmund.
Las condiciones económicas por la pandemia harán que el Dortmund tenga que apretarse el cinturón, aunque el ahorro de años pasados puede beneficiarles. «El dinero que estamos perdiendo en este momento no podremos recuperarlo pronto. Creo que se necesitarán al menos cinco años para alcanzar el status que teníamos antes de la crisis. Sin embargo, gracias a que hemos trabajado de manera muy conservadora durante la última década no teníamos deuda…», afirma Watzke.
El motivo principal de las pérdidas económicas es la ausencia de público, provocada por la pandemia, y a la que se refirió Watzke en sus palabras. «Nunca me acostumbraré a ver el campo vacío. Al contrario, cada día lo llevo peor. El modelo de negocio del fútbol siempre ha consistido en que los espectadores disfruten del juego, paguen una entrada y generen ventas adicionales el día del partido. En mi opinión, no hay club en el mundo que pueda obtener ganancias sin esta situación operativa, a menos que venda sus cubiertos, claro. Luego está el lado emocional, si pudiéramos abrir el estadio aunque sólo fuera para unos pocos, lo haríamos. Aunque no fuera rentable al inicio…»