El Real Madrid sigue con su remontada en Liga, después de la goleada sufrida en el Johan Cruyff en la última jornada. Con otro Clásico en el horizonte, que se disputará el próximo martes en cuartos de la Champions, las madridistas han cumplido con su cometido en el campeonato y se han impuesto en un partido aplazado y nada sencillo ante el Granadilla Tenerife. Las de Alberto Toril siguen imparables desde la llegada del técnico y –excepto las tres derrotas ante las culés– han contado sus partidos por victorias, lo que las permite ya acariciar los puestos de acceso a la máxima competición. Los goles de Rocío y de Maite Oroz dieron un nuevo triunfo a las blancas, que duermen a dos puntos de la tercera plaza, con un partido aún pendiente.
El rival que tenía enfrente el conjunto blanco era un Granadilla que llegaba en cuarta posición. Al igual que las blancas, presentaban un gran balance de victorias, con 12 victorias en los últimos 14 encuentros disputados. Una racha que las había llevado a aguantar en las plazas altas de la clasificación, en la que pese a caer en Valdebebas se mantienen por delante de las madridistas.
Toril dispuso un once prácticamente de lujo, guardando poco, pese a que se juega las semifinales de la máxima competición el próximo martes ante el Barça, al que aspiran tras tres derrotas este curso, ganar a la cuarta oportunidad. Carmona, Peter y Oroz se quedaban en el banquillo de inicio, mientras que la estrella Asllani no entraba en la convocatoria. Salía el técnico con: Misa; Robles, Ivana, Rocío, Svava; Teresa, Zornoza, Athenea; Moller, Nahikari y Esther.
El partido se pondría de cara para las blancas mediada la media hora de juego, tras un córner. Rocío saltaba para cabecear a la red un centro desde la esquina que adelantaba al Madrid y le impulsaba en la clasificación, poniéndole a tan sólo dos puntos de los puestos Champions. Había que esperar a la segunda parte, en el tramo final del partido, para ver el segundo, obra de Oroz, que penetró en el área y, tras zafarse de una defensora tinerfeña, la cruzó para sentenciar y dejar resuelta la papeleta de las blancas antes de medirse, una vez más, al FC Barcelona.