Rafa Marín es de esos jóvenes con ADN Real Madrid. Un jugador que tiene por delante un futuro espléndido y que está muy bien valorado dentro de la entidad madridista. El sevillano es un jugador muy centrado, que lleva la humildad por bandera y que desde que el club blanco se cruzó en su camino tuvo muy claro que no iba a desaprovechar la oportunidad. A pesar de los consejos de su familia, que veían como el niño de 14 años se podía marchar a la capital, nunca dudó que era el momento de dejar la cantera del Sevilla para emprender la aventura en La Fábrica.
Criado en las categorías inferiores del conjunto hispalense, tiene como principal referente a Sergio Ramos. Su entorno reconoce que siempre tendrá la espinita de no haber podido ni siquiera entrenar al lado de su ídolo, aunque con lo que sí tendrá que lidiar es con las comparaciones, ya que han sido criados en la misma cantera, son de la misma ciudad y tienen pasado, presente y futuro madridista. Además, como le pasó al actual jugador del PSG en sus inicios, también está muy bien valorado en la Federación, siendo convocado por las selecciones sub-17 y sub-19.
Sus primeros años en Valdebebas no han sido sencillos. A pesar de que en el plano deportivo siempre le ha ido muy bien, ya que ha sido un fijo para todos los entrenadores desde que pasó a formar parte del Cadete B, ha tenido que sobreponerse a momentos difíciles. “Ha sufrido callado. Ahora nos dice que en algún momento ha llegado a llorar”, aseguran a OKDIARIO los que mejor le conocen. Desde el primer momento estuvo lejos de su familia en la residencia que tiene el club en la Ciudad Real Madrid.
Rafa está madurando este año en el Castilla. Por primera vez desde que es jugador blanco ha sentido lo que es no ser titular. Está viviendo la otra cara del fútbol, pero gracias a su trabajo ha conseguido unos minutos que está aprovechando. Tuvo que esperar a la jornada cinco para debutar, cuando jugó 9’ ante el Albacete. Después, se hizo con la titularidad ante el Atlético Baleares, una condición que no ha perdido. Ha jugado los 90’ en los últimos siete encuentros, demostrando un poderío y una seguridad que no van acorde a su edad. Y ante el Algeciras dio un pasó más haciendo su primer gol. Elevó sus más 1,90 metros para saltar mas que nadie y cabecear una pelota que sentenció el partido para los de Raúl.
El central se ha ganado en este tiempo la confianza de Raúl y sabe perfectamente que Ancelotti no le pierde de vista. Ya ha entrenado en más de una ocasión con el primer equipo y el técnico italiano le conoce perfectamente. El Real Madrid tiene en su cantera a un central de garantías que está llamado a derribar la puerta. Él siempre tuvo claro que quería saber hasta dónde podía llegar y, por el momento, se desconoce dónde está su techo.