El Real Madrid tumbó al Olympiacos y Sergio Scariolo vivió su primera noche mágica en el Palacio de los Deportes (89-77). El equipo blanco, como ya hizo el año pasado con Panathinaikos, tumbó a su verdugo en la última Euroliga en una segunda jornada que les llena de moral tras los batacazos en Bolonia y en la Supercopa. La pizarra del italiano se reflejó en unas dotes defensivas de las que los madridistas se han empapado en tiempo récord para una victoria forjada desde los básicos.
El cuadro blanco mejoró los triples (9/22), igualó en el rebote al tercero de la pasada Final Four (35-36) y también en asistencias (16-16), muestra de un juego cada vez más coral y con menos chispazos. Dentro de la mejoría, Mario Hezonja fue el máximo anotador (18 puntos y 3 rebotes) y Facundo Campazzo el director en la creación (6 asistencias).
Olympiacos le dio un baño de realidad al Real Madrid nada más empezar. Un golpe letal del que fue capaz de levantarse. En cuestión de 5 minutos, el equipo de Bartzokas cogió 8 puntos de ventaja, anotando 17 en un pispás. 10 (20 al final) fueron de Tyler Dorsey (2 triples), el pistolero nacionalizado con Grecia que apeó a España del Eurobasket 2025 hace menos de un mes. Tras una pausa obligada de Scariolo, el escolta respondió con otra más de tres con lección incluida a Trey Lyles.
El Madrid no encontraba la manera de defender a Dorsey, que en el primer cuarto acabó enchufando 16 con 4 triples y 7/8 de Olympiacos. Una auténtica monstruosidad digna del favorito a ganar la competición. O uno de ellos. El equipo blanco demostró en los primeros 10 minutos que aún no está en ese escalafón, pero gracias a la entrada de Campazzo consiguió que el acierto griego no le sacara del partido (19-29).
Emerge Hezonja
Asomó la cabeza el Real Madrid en el segundo cuarto con triples de Hezonja y Sergio Llull, más tres tiros libres del capitán, y amenazó un Olympiacos que, lógicamente, bajaba sus porcentajes (35-40). Pero en un abrir y cerrar de ojos tras tiempo muerto de Bartzokas, su equipo, liderado entonces por Tyson Ward, fichaje de campanillas de este verano, se propulsó de nuevo hasta la máxima ventaja (35-44).
La respuesta del Real Madrid fue inmediata y llegó desde la defensa. Los blancos comenzaron a mejorar bloqueos y rebotes y eso le sirvió para ponerse a uno de los griegos y levantar al Palacio (44-45). Gaby Deck, fundamental, al nivel de su gran actuación en la Supercopa y Chuma Okeke mejorando a cada minuto que pasaba en cancha.
Los árbitros frenaron el arreón madridista con dos faltas incomprensibles que encendieron al Palacio y Olympiacos logró despegarse al descanso aprovechando los libres (47-53). El Real Madrid volvió a responder con un inicio fulgurante de segunda parte y obtuvo su primera ventaja del encuentro con un 15-6 cocinado entre Andrés Feliz, Hezonja y Alberto Abalde.
Era el mejor tramo de los de Scariolo y debían a sacarle partido para machacar a todo un Olympiacos que no dejaba de remar con sus estrellas, aunque con un descenso en el triple que se reflejaba en el marcador (0/5 en el tercer cuarto). Llull perdonó una oportunidad de dejar el partido en una canasta antes del último acto fallando dos libres y en un robo de Okeke tras rebote Campazzo se topó con el gigante Milutinov, que a su vez se estampó con una defensa blanca muy crecida (64-69).
El Real Madrid acaba gustándose con Olympiacos
Y de esas bases sólidas atrás se contagió el equipo en ataque, comandado por un gran Lyles (8 puntos y 3 rebotes) al inicio del último cuarto. La polémica no faltó en los 10 minutos finales de un clásico europeo del que Bartzokas, incomprensiblemente, volvería a irse sin que le pitaran una técnica. Los árbitros no desconcentraban a un Madrid en el que se podía identificar el planteamiento defensivo de Scariolo. Y el Olympiacos, incluso venido a menos, no dejaba de apretar (76-73, minuto 27).
Una bombita de Campazzo daba la máxima al Madrid (80-73, min. 28) y obligaba a reaccionar al cuadro heleno. El argentino fue esencial en la segunda parte en defensa y acabó siéndolo en ataque. Mención especial a David Krämer y su defensa a Evan Fournier, gran culpable de secar a Olympiacos a 8 puntos en el último parcial (25 de los de Scariolo).
Los blancos llegaron a gustarse al final del choque con Olympiacos sobre la lona y Hezonja y Deck anotando de dos y tres respectivamente. Triunfo de confianza para afrontar las 36 batallas que restan a la Euroliga más larga de la historia.