El Real Madrid sucumbió ante la Virtus Bolonia en un exigente estreno en la Euroliga (74-68) tras repetir los mismos errores que le condenaron dos días antes en la Supercopa de España. Una estadística dantesca al triple que trató de maquillar Facundo Campazzo (8 puntos, 4 rebotes y 5 asistencias) al final del último cuarto (3/23) y que retrató al otro líder del equipo blanco, Mario Hezonja (14-3-1 y 0/7 de tres). Los visitantes no anotaron desde el perímetro hasta el minuto 28, con el primero de Chuma Okeke.
Carsen Edwards con sus tres triples (14 puntos) y sobre todo un bestial Saliou Niang (12, 4 rebotes y 3 asistencias) fueron los mejores de la Virtus de Dusko Ivanovic, que le repartió tablas de baloncesto a un rival con su hijo Stefan en el banquillo. Mucho margen de mejora para un Madrid que en menos de 48 horas recibirá a Olympiacos, tercero en la última Euroliga, en el primer partido como local en el Movistar Arena.
El Real Madrid arrancó con fuerza en Bolonia, pero se quedó sin argumentos en la primera parte al desperdiciar ocho oportunidades desde el tiro de tres. No acertó en ninguna y logró irse vivo al descanso gracias a buenos 20 minutos de Hezonja (10 puntos). Junto al croata, Gaby Deck (12 puntos y 4 rebotes) es el jugador más en forma del equipo blanco a estas alturas y Trey Lyles seguía dando chispazos (4-2 en 9 minutos en pista).
La Virtus, que tampoco andaba muy allá en triples (4/12 en la primera parte), encontró su fuerza en Luca Vildoza (11 puntos y 2 triples), Niang y Smailagic (9 y 4 rebotes) y logró la ventaja al descanso tras remontar en el segundo cuarto un 14-19 con respuesta de 24-16 para el 38-35 en un partido de propuesta más defensiva.
La Virtus, mejor que el Real Madrid
El cuadro italiano se mantuvo firme y amplió la misma renta antes del último parcial (55-50) tras un gran tramo de Edwars, que apenas había anotado y se apuntó 7 en el tercer acto. Al Real Madrid seguían sin entrarle los triples y la estadística en los minutos finales llegó a ser de alevines (1/17).
Campazzo arregló de golpe las carencias del equipo de Sergio Scariolo con dos acciones claves seguidas. En la primera, con ocho de desventaja, provocó una falta en ataque de Smailagic en un movimiento de pillo y acto seguido recortó hasta el 66-61 a los 37 minutos con un triplazo que metía de lleno a su equipo.
Pero lo que está roto de serie, es muy difícil repararlo. Niang puso la sentencia a los blancos con un mate tras el decimoctavo fallo al triple, que vino de una decisión arbitral favorable al Madrid que generó una opción para ponerse a dos. No hubo un error, sino dos seguidos de Hezonja y el pívot de Italia, una de las revelaciones del Eurobasket 2025, establecía el 68-61 con dos minutos por delante.
Scariolo repite el plan y vuelve a fallar
Scariolo repitió el plan de la final de Supercopa: jugar sin pívot incluso estando disponible un irregular Walter Tavares (6 puntos, 2 rebotes y 3 tapones) en los últimos segundos, con el mismo quinteto y Campazzo lo imitó cumpliendo con otro triplazo que podía ser salvador. La siguiente defensa fue mala, igual que la respuesta y Smailagic, después de que el Madrid dejase a la Virtus mover la pelota estando en el alambre, provocaba la falta de Okeke.
Los árbitros la revisaron por posible falta de tiro porque el Madrid no estaba en bonus y decretaron que era normal. Los blancos cobraban una vida. Okeke repetía falta, esta vez sobre Morgan. Metió los dos y Scariolo pedía tiempo muerto, pero su equipo estaba cuatro abajo y sólo quedaban 10 segundos, misma situación que ante Valencia Basket hace dos días en el Martín Carpena.
Fracasó el intento a la desesperada y el conjunto madrileño repite el inicio de la pasada temporada con final de Supercopa perdida y derrota en la primera jornada de la Euroliga. Ya saben como acabó esa película, aunque en esta ocasión los actores son bien distintos y queda mucho trabajo por hacer y muchas sorpresas que dar.