Las semifinales de la Copa del Rey de baloncesto se abren con un duelo por todo lo alto entre dos de los equipos más sólidos de lo que va de competición en España en los últimos años. Por un lado, un verdadero clásico, el Real Madrid, que se ha convertido en dominador de las competiciones desde la llegada, hace casi una década, de Pablo Laso a los banquillos. En el otro, un Lenovo Tenerife que crece y crece y en su sexta participación seguida en la Copa quiere dar la sorpresa y encontrar su primera final.
El equipo canario, con Txus Vidorreta a la cabeza, se impuso al Joventut en el duelo inaugural de cuartos de final con un marcador apretadísimo (62-64) dentro de un choque de mínimos en el que estuvieron mejor en los minutos finales. Tenerife justificó la victoria en base a la experiencia de hombres como Huertas o Shermadini, sus dos pilares, pero también la conseguida con un bagaje espectacular de cuatro semifinales en los últimos cinco años de Copa del Rey.
Eliminado en sus cuatro primeras participaciones coperas a las primeras de cambio (1987, 1988, 2014 y 2017), en 2018 pudo hacerse con su primer triunfo frente al Valencia Basket (72-79), para después caer en semifinales ante su rival de este sábado, el Real Madrid. Los blancos no les dieron opción y no volverían a medirse en duelo directo hasta 2021, cuando otra vez en semifinales, les apartaban del sueño de la Copa con una victoria más apretada (85-79).
Sin embargo, la presencia de ambos en las rondas finales hacen de este partido el otro Clásico de los torneos eliminatorios ACB, que ya pudimos ver en la última Supercopa Endesa, celebrada en Tenerife y en la que el Real Madrid se impuso en semifinales por un marcador de ventaja mínima (70-72).
Ahora, en Granada, Tenerife busca aprovechar las dudas y problemas físicos del Real Madrid y, posiblemente en la edición a la que han llegado con menos credenciales en cuanto a resultados, completar la machada y meterse en su primera final de la Copa del Rey ACB. Ilusión no les falta, pero enfrente estará el coloso madridista, que no se ha perdido el partido por el título en los últimos ocho años, ganando cinco de ellos para alzar el trofeo de campeón.