El Real Madrid sigue vivo en la Euroliga. El conjunto blanco superó a Olympiacos en su primera final de la temporada (72-63) con un partido notable a nivel defensivo y en el que el déficit en ataque no supuso ninguna desventaja. Al igual que en los clásicos encuentros grandes de la NBA, el Madrid de Laso y Mateo bajó la anotación, subió varios puntos en aro propio y acabó haciendo imposible la tarea para su rival. Gaby Deck y Tavares fueron los faros del Madrid, que salva el match ball y se jugará con Fenerbahce el pase a cuartos.
La derrota ante Anadolu Efes fue un jarro de agua fría para la plantilla madridista, pero el conocimiento de causa de los blancos hacía que el gran objetivo semanal o al menos la cita marcada sin opción de fallo, fuera la del viernes. Olympiacos, siempre peligrosos pese a venir en horas bajas, era el rival al que ganar sí o sí si querían acceder a los cuartos de final de la Euroliga. Una victoria acercaría a los blancos al objetivo, mientras que la derrota les apartaba de forma casi segura de un Top 8 que es el mínimo que se le puede pedir a uno de los capos europeos de los últimos años.
Ya eliminados, Olympiacos llegaba sin presión a Madrid y eso, en los griegos, siempre es un arma de doble filo. Felices con el catálogo de ‘tapados’ bajo el brazo, el cuadro rojiblanco ya demostró a Valencia Basket días atrás que su plantel aúna la calidad suficiente como para amargarle la fiesta a cualquiera. La presión estaba del lado del Madrid, y los helenos, con Sloukas y el veterano Printezis a la cabeza, iban a medir el aguante de un equipo mermado por las bajas y los golpes en las últimas semanas.
Con Pablo Laso ausente, debido a su expulsión del martes ante Efes, el Madrid estaba huérfano de su director, pero no del legado de una de las grandes figuras de la historia reciente de la sección. Los blancos se habían conjurado, y tenían claro lo que hacer. Entre las directrices estaba un inicio fulgurante, con el suficiente físico, tesón y desparpajo para no dejar a Olympiacos ser el villano que deseaban.
Arranque de campeón
Así las cosas, el Madrid de Chus Mateo cumplió con el cometido, con Tavares listo para la batalla y formando una pareja demoledora en defensa con Garuba. En ataque, Deck dominaba con puño de hierro para no dar opción a un Olympiacos que salió a verlas venir y acabó traspasado por las ganas de ganar de su rival. El Real salía como en los grandes días y el resultado, tras diez minutos, les daba una ventaja notable de nueve, para seguir soñando pero no relajarse.
Momento para la segunda unidad, el Madrid siguió trabajando en ataque y, sobre todo, en defensa. A ello ayudaba lo errático de los mejores jugadores de Olympiacos, sin Sloukas ni Spanoulis preparados para liderar al equipo. Sólo Vezenkov, el mejor de los griegos durante todo el partido, marcaba el nivel que había puesto el Madrid, que mantenía la ventaja para irse al descanso con un marcador favorable de 36-26, sobresaliente para el equipo que se jugaba el pase.
La reanudación obligaba a un nuevo acelerón del Madrid si no quería verse en problemas, ante el equipo remontador por excelencia en la Euroliga. El camino volvía a ser la defensa y el resultado, de nuevo esperanzador, con sólo 12 puntos anotados por Olympiacos. El equipo heleno veía un tapón constante en el aro ante un conjunto, el merengue que se estaba jugando su primera final del curso. Tavares no permitía facilidad alguna en la zona y los aleros y bases, concentrados y preparados, mantenían la telaraña diseñada por Laso, Mateo y Redondo.
Deck y Tavares cierran la victoria
El Madrid alcanzaba los quince de ventaja antes del último cuarto, en el que con todo a favor, no debía amedrentarse por el clásico vértigo de la victoria en partidos importantes. Olympiacos, que había fallado todo y más durante los primeros 30 minutos, resucitó a tiempo en lo que respecta a su influencia ofensiva para poner picante a los últimos minutos, pero el Madrid estaba en una misión, liderada por Gabriel Alejandro Deck.
El argentino, en los que posiblemente son sus últimos meses como jugador madridista, fue el líder en el transcurso del partido y también en unos momentos claves, en los que con cuatro aleros y un ancla como Tavares, el Madrid puso el cerrojo al partido, cumplió con su cometido y tratará, el próximo jueves en Estambul, ante el Fenerbahce, de completar su tarea y sellar el pase a los cuartos de final.