El temido 2-0 en contra ya es una realidad, una realidad irremediable para el Real Madrid. El conjunto blanco volvió a presentarse en Estambul con clara desventaja con respecto a Anadolu Efes y la realidad les fue llevando hacia el sufrimiento de una nueva paliza (91-68), la segunda después de la del martes, que deja a los pupilos de Pablo Laso al borde de la eliminación. Micic y Larkin, dos superestrellas de nivel NBA, ajusticiaron a un Madrid sin alma que se sujeta a la esperanza de que poder comenzar con una remontada utópica en el Palacio.
Laso lo intentó todo. El técnico vitoriano tiró de veteranos, juntó a tres interiores en el parqué, buscó distintas fórmulas defensivas para parar a las estrellas de Efes, pero nada surtió efecto. Los déficits del Real Madrid en partidos de máximo nivel no se pueden paliar así como así y los blancos se quedaron, de nuevo, muy lejos de poder disputar el choque ante una de las mejores plantillas del continente.
El encuentro comenzaba con sorpresa y ni estaba en el juego, ni era positiva para el Real Madrid. La gran estrella del combinado madridista, Walter Tavares, no superaba las molestias en el pubis en el calentamiento del partido y se quedaba sin poder jugar uno de los partidos más importantes de la temporada madridista. El caboverdiano se suma a Randolph, también lesionado, y las fugas de Campazzo y Deck con la temporada empezada. El resultado, cuatro de los jugadores imprescindibles de Laso, sino los más, fuera en el día D.
En su lugar, el Real Madrid cuenta con una batería de veteranos que, poca culpa tienen, pero también poco pueden aportar ante los mejores jugadores de la Euroliga. Los Llull, Causeur, Carroll o Rudy pueden aportar en un rol secundario, pero todos juntos y sin la inspiración de su parte, son un claro agujero sobre todo en términos defensivos.
Así, Efes, con Larkin mucho más enchufado y Micic calentando muñecas desde la distribución, fue construyendo la ventaja hasta colocarse con alrededor de diez puntos por encima durante toda la primera parte. El Madrid, a remolque y con sólo dos triples anotados de trece intentados, sólo podía sobrevivir y esperar a un arreón en la segunda parte de cara a meterse de nuevo en el partido.
El Madrid necesita un milagro
Si Larkin –con permiso de Moerman– fue el hombre de la primera parte, la otra estrella de Efes iba a tomar el testigo en el tercer cuarto. Con dos triples consecutivos, Vasilje Micic reventaba un partido marcado, de nuevo, por el apagón total del Real Madrid en la ofensiva. 45 puntos en el minuto 30′ eran demasiado escasos, toda vez que Micic y Larkin, solos, sumaban 34.
El Madrid necesitaba un milagro y no parecía poder llegar con cuatro jugadores mayores de 35 en el parqué, a la vez. Sólo Garuba, el restante, aportaba cosas positivas a un equipo desdibujado y a merced de lo que quisieran los tiradores de Efes, que prácticamente siempre lanzaban solos. Laso seguía moviendo el banquillo sin soluciones tangibles ni demasiada esperanza en sus decisiones. El Real navegaba a la deriva en el Sinan Erdem.
Micic, al que el Madrid quiso para reemplazar a Campazzo, hacía sangre en la tragedia blanca, donde los merengues sólo podían esperar que pasaran los minutos hasta confirmar el 2-0. Los jóvenes entraron en escena, de nuevo con Garuba como líder de una resistencia que no existió realmente, y que deja a Anadolu Efes al borde de la Final Four y al Real Madrid asomado al precipicio de la eliminación de la Euroliga en cuartos de final.