Adam Hanga ya es jugador del Real Madrid. El alero húngaro es, tras Heurtel, el segundo refuerzo del conjunto blanco proveniente del eterno rival, el Barcelona y se compromete para las próximas dos temporadas con la entidad, que hizo oficial su llegada a través de un comunicado oficial. Jugador con grandes dotes defensivas y versátil en ataque, era una oportunidad de mercado para la dirección deportiva que llega con el beneplácito de Pablo Laso y el cuerpo técnico.
El comunicado oficial emitido por el Real Madrid en el que informa de la llegada de Hanga dice lo siguiente. «El Real Madrid C. F. ha alcanzado un acuerdo con Adam Hanga, alero procedente del F. C. Barcelona. El jugador queda vinculado al club durante las próximas dos temporadas, hasta el final de la 2022-2023», informó en la página oficial del club.
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— Real Madrid Basket (@RMBaloncesto) July 23, 2021
OKDIARIO informó del acuerdo al que llegaron el Real Madrid y Hanga, después de conocerse la voluntad del jugador de salir del Barcelona y la del propio club de rescindirle. El Madrid estaba a la espera de sellar su marcha del Barça, convencido de firmar por el proyecto madridista, y días después el acuerdo se rubricó con un contrato multianual.
Después de una temporada con escaso protagonismo a las órdenes de Jasikevicius, Hanga llegó a un acuerdo para la rescisión de su contrato con el Barcelona, que finalizaba en junio de 2022, y así ser libre para firmar por otro club. El internacional húngaro contaba con varias opciones encima de la mesa, pero la más atractiva resultó la del Real Madrid, en la que se le atisba un escenario apropiado para exprimir sus cualidades baloncestísticas sin salir de España.
El Real Madrid consigue el deseado fichaje de un alero, con la figura de un Hanga por el que ya se peleó en el verano de 2017. Entonces, y tras un curso espectacular en las filas de Baskonia, los madridistas no pudieron aceptar las altítimas pretensiones del cuadro vitoriano, que llevó al jugador al tanteo para finalmente venderlo al Barcelona, club en el que ha vivido cuatro años con más luces que sombras y un final manchado por su escaso entendimiento con Jasikevicius.
