El Real Madrid se llevó la victoria (76-77) del Nou Congost ante un enorme Baxi Manresa, que obligó a los pupilos de Pablo Laso a desgastarse, literalmente, hasta el último segundo de partido. Cuatro tiros libres anotados por Laprovittola –dos– y Garuba –dos– cerraron un triunfo que permite a los blancos mantenerse en lo más alto de la clasificación de la fase regular de la Liga Endesa y poder pensar en el martes, cuando Anadolu Efes visitará el Wizink con más de medio billete a los cuartos de la Euroliga en juego.
Con Deck como líder anotador con 17 puntos y Tavares, más respaldado en cuanto a reparto de minutos, actuando con un doble doble como coloso en la pintura, el Madrid contaba con dos de sus piezas principales para atar la victoria en Manresa, ante un equipo que luchará hasta el último día por meterse entre los ocho puestos que dan acceso a Playoffs. Y precisamente eso, el arrojo y la lucha constante como equipo, es lo que llevó a los pupilos de Pedro Martínez a poner contra las cuerdas al todopoderoso líder de la fase regular.
Poco importó que el Madrid sólo llevara una victoria o que contara con ventajas, más o menos cómodas, a lo largo de los primeros 35 minutos de juego. Una vez llegado el tramo decisivo, los veteranos de Baxi se alinearon con los anotadores Eatherton y Ferrari para ir quebrando, punto por punto a un Madrid lógicamente cansado en su triple esfuerzo después de sendos partidos, y victorias como visitante ante Obradoiro –martes– y sobre todo, Asvel, el jueves en partido a vida o muerte de la Euroliga.
El empate llegaba al marcador con menos de un minuto por jugarse y, pasados los ataques, la línea de tiros libres sería la que dictara sentencia. En primer lugar, el visitante fue un valor seguro, Nico Laprovittola, que pese a que tiene pie y medio fuera del equipo de cara a la próxima temporada, se las arregló desde una zona en la que se encuentra como Pedro por su casa para no temblar y poner dos de ventaja con sólo un ataque, para Manresa, por jugarse.
Pedro Martínez tiró de pizarra, pero el triple desde la esquina sólo vio aro y Garuba, cada día mejor en términos de activación e intimidación, se hizo con el rebote y la consiguiente –y obligada– falta personal a favor. Suya era la responsabilidad de atar la victoria, de manera definitiva, y él, jugador que ha pasado meses de temporada por debajo del 50% desde la línea, tiró de la veteranía que no se le presupone al ver su DNI y anotó ambos tiros para que el triple postrero de Dani García no valiera más que como un gran maquillaje de un partido notable entre dos estilos, y que se lleva el Real Madrid.