El Real Madrid es más líder de la Liga Endesa después de superar al Surne Bilbao Basket tras una gran segunda parte. Comandados por Walter Tavares (11 puntos y 8 rebotes para 27 de valoración) y Serge Ibaka, que firmó su mejor partido del curso con la camiseta blanca (19 puntos y 6 rebotes para 26 de valoración) en la ACB, los pupilos de Chus Mateo pasaron por encima del conjunto vasco (88-70) para sumar su victoria número 21 y mantener la ventaja con respecto a Tenerife y Valencia, que también han ganado esta jornada.
Sin el croata Mario Hezonja entre los convocados, una vez más se agarró el conjunto blanco al mantra de que si algo funciona es mejor no tocarlo y, a juzgar por el buen resultado que le ha dado en los últimos encuentros, salió a morder dándole las llaves al pívot caboverdiano. Esta vez la fórmula le valió para adquirir hasta diez puntos de ventaja en el tramo inicial.
No se asustó pese a ello el cuadro vasco, al que le costó más entrar en faena, pero que fue aclimatándose poco a poco. Con cinco puntos seguidos al final del primer cuarto dividió por dos esa renta y con un triple en arranque del segundo, obra de Tomasz Gielo, se puso a dos.
Cabía pensar que, aun así, el Real Madrid volvería a alejarse antes del descanso. No fue porque el plantel de Chus Mateo, avaricioso en el rebote, pero romo en la anotación, evidenciando de nuevo problemas con los triples hasta el punto de irse con un 2 de 13 al paso por los vestuarios, no logró cuajar. De hecho, por momentos le adelantó el Bilbao. En esas circunstancias, unos y otros dieron por bueno el empate al llegar el intermedio (34-34).
La inercia, casi soporífera, siguió tras el armisticio de la primera mitad hasta que puso algo de luz un parcial de 14-3 con dos triples y ocho puntos de Sergio Llull. Rubén Domínguez y Zoran Dragic, mediante sendos lanzamientos lejanos convertidos, ejercieron de analgésico hasta que Facundo Campazzo volvió a estirar el acordeón con una canasta tras robo y otro acierto perimetral como colofón a una jugada en la que los suyos movieron el balón de maravilla.
La guinda la puso otra puñalada en la larga distancia de Llull, que a falta de cinco segundos para la media hora, convirtió lo que había sido un -2 en un +13 y, con ello, situó a los suyos en la pista de despegue hacia una nueva victoria que les permite afianzarse en el liderato.
De nada sirvió el último intento de reengancharse del cuadro de Jaume Ponsarnau a través de un 2-8 que fue respondido con un demoledor 12-0 fabricado a medias por Serge Ibaka, quien suma menos de cuatro minutos en los últimos tres partidos de la Euroliga, pero que sigue dando la talla cuando se recurre a él en la competición doméstica. Esta vez fue capaz de amasar 17 puntos de valoración en los 10 minutos de cierre que fueron decisivos y, como tal, reconocidos desde la grada con una sonora ovación.