Después de unas últimas semanas de competición donde todo era épica, felicidad y triunfos, en el Real Madrid ha explotado una bomba que apunta a causar grandes estragos. El responsable de la sección de baloncesto, Juan Carlos Sánchez, tomó este lunes la decisión de apartar a Pablo Laso, que no comenzará la temporada que viene al frente del que, con él a los mandos, se ha convertido en el proyecto más grande de la historia reciente de la entidad. En estos momentos no se descarta nada, ni siquiera otras bajas, en este caso voluntarias, en un grupo muy tocado por la baja forzosa de su líder semanas después de sufrir uno de los momentos más duros de su vida.
Pablo Laso finalizará de manera abrupta un periplo de 10 años al frente de un equipo que ha convertido en campeón y que ha levantado 22 títulos, entre ellos seis Ligas y dos Euroligas. El motivo primario puede considerarse el estado de salud del entrenador, quien el pasado 5 de junio sufría un infarto de miocardio en plenos Playoffs. Sin embargo, el trasfondo de la situación va mucho más allá, con consecuencias que aún no se pueden medir y discrepancias alrededor de una resolución cuanto menos polémica.
Laso quería continuar, ponerse al frente del equipo desde ya y, al menos, cumplir su contrato hasta 2023. Tal y como informaba este medio, su entorno asegura que “está como un roble” y la actitud del técnico, que estuvo presente en la celebración del reciente titulo de Liga, confirma sus pretensiones de volver a liderar el proyecto. Sin embargo, desde los despachos y concretamente en la figura de Juan Carlos Sánchez, existen otros planes, planes que no concuerdan con los de la dirección deportiva ni con el cuerpo técnico, donde no se entiende lo dictaminado por la cabeza visible del baloncesto en el club.
La decisión se escuda en motivos médicos e informes que aconsejarían reposo absoluto para el técnico, al menos hasta que se confirme su alta con el check definitivo para volver a entrenar. Todo dentro de la lógica de no ser porque por detrás, la relación entre Sánchez y Laso estaba ya muy desgastada y ha podido acabar con él técnico en más de una ocasión en los últimos meses.
El cese de Laso, objetivo cumplido
Laso fue señalado en la crisis de comienzos de 2022, aunque las voces sobre su destitución fueron pronto frenadas por la presidencia y miembros de la dirección deportiva. En los últimos meses de la pasada campaña, otro episodio, relacionado con la renovación del contrato del técnico, quien dudó de si verdaderamente era el deseado para continuar con el proyecto pero finalmente aceptó.
Las conversaciones sobre los fichajes, o más bien la ausencia de ellas, han marcado la relación y otras decisiones alrededor de la plantilla terminaron por separar a Laso y a Sánchez hasta llegar a la decisión definitiva del despido del entrenador. Esta medida no ha sido bien recibida por todos los estamentos de la entidad, que entienden que finalmente ha logrado un objetivo que venía de años atrás y puede derivar en un importante cisma que tambalee la salud del proyecto madridista a corto plazo.
Mateo, sustituto dentro de las mil dudas
Chus Mateo, que tras conquistar la Liga quiso asegurar que este proyecto era, es y será de Pablo Laso, es el elegido para reemplazar al vitoriano siempre y cuando no se produzca una renuncia de por medio. Juan Carlos Sánchez también tenía una lista de nombres externos, con Xavi Pascual a la cabeza, para optar por una limpieza total en el cuerpo técnico, un pensamiento convertido en realidad con un escenario más que delicado, con la salud de por medio, y que apunta a ser solamente el epicentro de la bomba que ha estallado en el Real Madrid.