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Champions League: Salzburgo 1-0 Sevilla

El Sevilla culmina un horror de Champions

El Sevilla cae en Salzburgo (1-0) en la última jornada de la Champions League y queda relegado a la Europa League, tras una pésima fase de grupos de los de Lopetegui

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El Sevilla es equipo de Europa League y así lo volvió a demostrar en Austria. El conjunto hispalense cayó merecidamente en Salzburgo por 1-0 y queda eliminado en la fase de grupos de la Champions League. Después de un igualado primer tiempo, la conexión entre Adeyemi y Okafor provocó que los de Lopetegui queden relegados a la segunda competición del continente, al ganar sólo un partido en un grupo a priori más que sencillo.

La condena es más que justa. El proyecto sevillista es el mejor en años y así lo vienen demostrando en Liga desde el pasado curso, pero en Europa han estado muy por debajo de las expectativas. En un grupo conformado por los austriacos, el Lille y el Wolfsburgo, únicamente han ganado un partido pero, pese a ello, dependían de sí mismos para meterse en octavos. Aunque compitieron en la primera mitad, en la segunda fueron claramente superados por un joven y ambicioso Salzburgo.

Equipo de circunstancias el que presentaba Julen Lopetegui para la final en Austria. Las bajas del equipo condicionaban ya no sólo el once, si no lo que había en el banquillo. Se la jugaban los sevillistas, obligadosa ganar para regresar a los octavos de final de la máxima competición, y lo hacían sin grandes novedades de inicio, salvo la entrada de Munir en punta, como compañero de Ocampos y Papu Gómez en el ataque, y la obligada de Augustinsson en el carril zurdo.

Los austriacos iniciaban el partido también en la cuerda floja, aunque conscientes de que el empate les servía para alcanzar por primera vez en su historia la siguiente ronda de la Liga de Campeones. Su principal referencia residía arriba, con un indomable Adeyemi, que ya provocó tres penaltis en el primer partido de la fase de grupos que ambos disputaron en el Sánchez-Pizjuán.

Máximo respeto e igualdad durante los primeros 45 minutos, en lo que era una final para ambos. Las ocasiones más claras cayeron del lado español. Bien ordenados atrás, el Sevilla planteó un partido serio, sin apenas conceder y tratando de salir al contragolpe, aunque sin mucho éxito. Sin embargo, las mejores oportunidades llegarían a balón parado, con sendos testarazos de Fernando y Koundé que muy cerca estuvieron de inaugurar el marcador.

Comenzó con un mayor ritmo la segunda mitad. Adeyemi, bien protegido durante el primer tiempo por la dupla de centrales sevillista, se inventó un autopase que le dejó escorado, pero en disposición de poner un gran centro que encontró rematador. Respondió acto seguido el Sevilla, con Munir perdonando un gol cantado al estrellarla en el larguero.

Montiel puso un gran centro para Rakitic, que prolongó de cabeza y dejó solo al delantero, habilitado por dos defensas que se encontraban fuera del área. Con todo a favor, estrelló su cabezazo en la madera. Y cuando aún se lamentaban del palo, llegó otro.

Siguiendo la máxima infalible del fútbol, Okafor no perdonó en la siguiente jugada. El electrico Adeyemi perforó por la izquierda a la defensa sevillista, poniendo un gran balón al corazón del área, donde apareció entre centrales el delantero suizo para hacer el gol que mandaba a la Europa League al equipo de Lopetegui.

El gol hundió al Sevilla. Quedó muy tocado el equipo hispalense, que no se supo reponer ni con la entrada de Mir, Óliver Torres, Óscar o Rekik. De hecho, la hazaña se puso más cuesta arriba, con la expulsión por doble amarilla de Jordán. Se quedaba con uno menos el conjunto andaluz, después de que su mediocentro cortase en campo rival una contra de Adeyemi, que se iba solo hacia la meta de Bono.

Con uno menos, fue ya imposible. El Sevilla corría el riesgo de marcharse a la Europa League –su competición fetiche– al jugársela en la última jornada. El grupo invitaba al optimismo, puesto que por calidad y fútbol eran claros favoritos para ganarlo, pero los de Lopetegui no han dado la talla en ningún momento, salvo en la victoria de la quinta jornada. Tras caer en Salzburgo, se tendrán que conformar con la tercera posición, que les repesca para las eliminatorias de la segunda competición continental.