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Lo cuenta en primera persona

El drama del Papu Gómez: «Pasé de ser campeón del mundo a que no me llame nadie»

El Papu Gómez tocó el cielo y el infierno en apenas unos meses

Relata su drama tras ser sancionado por dopaje

"Pasé de ser campeón del mundo a que no me llame nadie", dice

Alejandro el Papu Gómez tocó el cielo y el infierno en apenas unos meses. De ganar un Mundial con Argentina a recibir la sanción más alta por dopaje. El futbolista argentino dio positivo en un control cuando jugaba en el Sevilla. Se coronó campeón del mundo con la Albiceleste, pero ya nunca más volvió a jugar de manera profesional por una durísima sanción que pronto llegará a su fin. El futbolista se ha sincerado en una profunda entrevista en la que relata lo sucedido con todo lujo de detalles.

«Estoy trabajando en aceptar que el personaje del Papu Gómez está llegando a su fin, está dejando de existir y que ahora soy una persona común y corriente, un padre de familia. Estoy trabajando el ego, de apagarlo un poco y tratar de subsistir con Alejandro. Pasé de ser campeón del mundo, a que hoy no me llame nadie, desaparecer del medio o no jugar más. Hay que saber convivir con eso. Ni cuando estás allá arriba eres el mejor, ni ahora eres el peor. Solo que hay que priorizar otras cosas… Después de la sanción estaba ilusionado con volver, pero cuando me cayó la pena máxima se me cayó el mundo», cuenta el jugador, que ha roto su silencio en el podcast de Juan Pablo Varsky.

El Papu Gómez, que se ha entrenado estos meses con un equipo de la Serie C y también trabajó con el CD Manchego de Tercera RFEF, no esconde que le gustaría volver al fútbol profesional, pero sabe que es complicado. Su sueño sería jugar de nuevo en Italia, donde ofreció su mejor versión, aunque lo más importante es seguir cuidando de su salid mental y física durante este largo castigo por dopaje.

El Papu Gómez explica su caso

El argentino detalla lo ocurrido con su positivo por dopaje, insistiendo en que fue por tomar un jarabe para la tos de uno de sus hijos. «Llego a la noche, de madrugada en Sevilla, generalmente me tomaba una pastilla después de los partidos, porque me costaba mucho dormir. Me acuesto y en mitad de la noche me da un ataque de tos. Le digo a mi mujer que me de un jarabe para la tos. Estaba el de mi hijo más pequeño, de Milo, y me da una tacita pequeña. Me la tomé».

«A los días hubo un doping sorpresa, me preguntó el doctor si había tomado algo, como es habitual. Me olvidé por completo que había tomado el jarabe. ‘Lo de siempre, pastillas para dormir y antinflamatorio’, le contesté. Si yo le hubiera informado del jarabe, no hubiera pasado nada, estaba declarado. Pasa el tiempo y me llega por mail, a mi mail personal, que había dado positivo, cuatro días antes de la final del Mundial. Fue horrible. Estuve dos días muy mal, me dio fiebre, seguramente me barajon las defensas. Imagínate, festejando y con la cabeza puesta en qué iba a pasar…», cuenta.

Pero el Papu Gómez no se rinde. «Estoy entrenando en un campo sintético, de la Serie C. No tiene nada que ver pero prefiero eso que odiar al fútbol, que es lo que me iba a pasar cuando me tuve que alejar. No quería que me diera asco por la situación que me pasó. Entonces me puse a jugar al pádel, me alejé completamente del fútbol. Lo bueno de ahora es que estoy volviendo a empezar, siendo un amateur, ahora mismo soy un chico que quiere debutar en Primera. Tengo que ir a ganarme el sitio».

«¿Dónde me gustaría jugar? Toda mi carrera la hice en Italia… pero sea el equipo que sea tiene que entender que Papu Gómez es un jugador de 37 años que viene de una inactividad grande. ¿Argentina? No, no creo. Porque por ahora queremos seguir viviendo en Europa. Mis hijos están grandes y movernos todo para allá… es difícil», finaliza.