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Copa del Rey: Real Madrid - Barcelona

El Barça no necesitó a un Messi ausente para golear al Real Madrid

Leo Messi no destacó en el Clásico de Copa del Rey que enfrentó al Real Madrid con el Barcelona en la vuelta de semifinales. El argentino acaparaba todos los focos, pero el protagonismo se lo robaron Suárez y Dembelé.

El Clásico de semifinales de Copa del Rey entre Real Madrid y Barcelona tenía un claro protagonista, a priori. Los focos del partido estaban puestos en Leo Messi. Después de dar un auténtico recital frente al Sevilla con un hat-trick y una asistencia, amenazaba al conjunto madrididsta con la eliminación de la Copa. Sin embargo, el astro no tuvo el peso esperado en el conjunto culé. Pese a la victoria contundente de los de Valverde, la estrella barcelonista no fue determinante.

Tras ser suplente en el partido de ida disputado en el Camp Nou y que terminó con empate a uno, se le esperaba como uno de los hombres encargados de marcar la diferencia. Además, los dos grandes de nuestro fútbol se enfrentaban en la única competición en la que Messi no le ha marcado a los blancos. Por lo que alicientes no faltaban para que fuese una de sus grandes noches.

Durante los primeros 45 minutos se le vio muy alejado de la zona de peligro. El argentino bajaba, como acostumbra, al mediocampo a recibir pero sólo encontró una buena opción de pase en profundidad hacia Dembelé, que entró desde el pico izquierdo del área y metió un peligroso pase ante Carvajal que se paseó por delante de la meta de Navas sin encontrar rematador.

Pese al dominio del Barça, el conjunto blanco defendía bien y los blancos no sufrieron. Messi apenas se mostró en una primera mitad en la que el resultado inicial mandaba en el marcador. En ese momento, a los blancos les valía para estar presentes en el Villamarín, por lo que se esperaba que en la segunda parte se dejase ver más.

Pero no pasó. El conjunto barcelonista se encargó de sentenciar rápido la eliminatoria con un gol en los primeros compases y otro pocos minutos después. La labor de Messi, sin embargo, en el terreno de juego tampoco fue determinante. El protagonismo se lo robaron Luis Suárez y Dembélé, que fueron en realidad el jugador que marcó la diferencia. El argentino no intervino en ninguna de las jugadas de los tres goles del conjunto culé.