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Se medirá al Sevilla con el Wolverhampton

Así es Adama Traoré, la bestia española que se echa aceite de bebé para que no le agarren

El Sevilla se medirá en cuartos de final de la Europa League al Wolverhampton de la bestia española Adama Traoré

El veloz y potente extremo incluso se echa aceite de bebé antes de los partidos para que los rivales no puedan agarrarle

El Sevilla es uno de los grandes favoritos para levantar la Europa League. Los hispalenses dan miedo tras una victoria incontestable de principio a fin frente a la Roma (2-0), a la que superó con la autoridad y el lucimiento de un equipo concreto, resolutivo y casi inabordable, mientras aguardan en cuartos de final el Wolverhampton de Raúl Jiménez y Adama Traoré, que superó al Olympiakos en octavos.

El delantero ex del Atlético es su principal amenaza goleadora, pero el extremo español es una auténtica bestia física que puede desnivelar en cualquier momento un partido gracias a su potencia y su endiablada velocidad. Un Adama Traoré que incluso entró en una convocatoria de Robert Moreno para la selección española, pero una lesión le privó de jugar con la absoluta… por ahora.

Una historia interesante

Un jugador que todavía puede ser desconocido para el gran público pero que tiene una interesante historia detrás. Adama Traoré nació un 25 de enero de 1996 en Barcelona, al lado del Camp Nou, en la Maternidad. Español de nacimiento pero con orígenes de Mali, y su primer equipo cuando era un niño fue la Florida. De ahí pasó al Hospitalet, y luego le fichó el Barça cuando sólo tenía siete años para La Masía, donde compartió vestuario con jugadores como Deulofeu, Grimaldo, Denis Suárez, Sergi Roberto, Rafinha… Llegó a debutar con el primer equipo. Jugó en Champions contra el Ajax, en Liga contra el Granada y en Copa contra el Huesca y el Elche. En verano de 2015 la vida de Adama Traoré cambió. Fichó por el Aston Villa y comenzó su nueva aventura en la Premier League. Después firmó por el Middlesbrough, que hizo de puente hasta recalar en el Wolverhampton, su actual equipo y con el que ha conseguido ofrecer su mejor rendimiento.

Unas prestaciones que en gran medida se las da su espectacular físico. Adama Traoré es fuerte y rápido como pocos futbolistas lo son. Trabaja a diario para cuidar y mejorar todas sus condiciones. «Siempre he sido rápido, desde que era pequeño. La gente piensa que corro muy deprisa en el campo pero creo que lo hago despacio. Deliberadamente, echo el freno y podría ser incluso más rápido», explica el jugador, que incluso se echa aceite de bebé en los brazos antes de los partidos para no ser agarrado ni lesionado por los rivales que intentan frenarle en carrera, casi siempre sin éxito…