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Vino

Las sorprendentes razones por las que las botellas de vino son de 75 cl

El vino es una de esas bebidas que logra involucrar a muchos tipos de entusiastas que lo aman en sus diferentes formas y sabores. Podemos elegir entre vino tinto o blanco o también el que es rosado, pero casi siempre, por no decir que siempre, las botellas suelen ser de 75 cl, algo que no es para nada casual y cuya razón os explicamos a continuación así que atento porque seguro que te va a sorprender.

Botellas de vino de 75 cl ¿por qué?

¿Alguna vez te has preguntado por qué se utilizan botellas de 0,75 l y de no litro para embotellar el vino? Hay diferentes formas, muchos colores pero la prerrogativa es una sola: siempre hablamos de botellas de 75 cl. Estamos tan acostumbrados a ver este tipo de botellas que muchas veces ya no nos damos cuenta, pero seguro que descubrir el motivo te va a sorprender porque resulta bastante curioso.

El poder pulmonar al hacer las botellas de vino

Existen varias teorías por las que las botellas de vino suelen ser de 75 cl aunque la más extendida o la que siempre se menciona, tiene que ver con la técnica para la elaboración de las botellas en sus orígenes.

Nos referimos los antiguos vidrieros que soplaban vidrio para hacer las botellas no sólo de esta sino de todas las bebidas. Es una tradición nacida en 1700, época en la que el vino, o más bien su conservación, cobró máxima importancia. Por lo tanto, era necesario producir una botella que fuera adecuada para maximizar la duración del vino. En esta fase, los sopladores no podían hacer botellas de más de 65 – 75 cl, porque físicamente no podían soplar por mucho tiempo. Por esta razón, se optó por la solución de 75 cl, que se acabó estableciendo como la más común y así se mantiene.

Sin embargo, gracias a la tecnología, también es posible hacer envases de vidrio mucho más grandes o más pequeños, según las necesidades de un fabricante, pero generalmente se respeta la tradición de los 75 cl.

El estandarte de los vasos de las tabernas

Otra teoría importante se refiere a la capacidad de los vasos típicos que se usaban en las tabernas (ahora restaurantes o bares), que son de 125 ml . Por lo tanto, con una botella de 0,75 cl es posible llenar hasta 6 vasos, y se considera una forma útil de garantizar que el posadero pudiera calcular fácilmente cuántas botellas se necesitan a partir del número de clientes.

La Directiva 75/106

Quienes elaboran vino saben lo importante que es respetar las características estándar de la botella para mantener la calidad del vino. Y por ello tenemos que hablar también de la normativa vigente que sería otro de los motivos por los que las botellas de vino tienen la capacidad que tienen. En concreto, en  1974 se emitió la Directiva 75/106/CEE que se centró en la conservación de líquidos y bebidas en envases preenvasados. Se decidió que el vino se pudiera vender en envases de 25, 37,5, 50 o 75 cl y este último era más conveniente para los productores, pero también para los consumidores.

Otra teoría hipotética

Por último, no podemos dejar de incluir otra teoría que pone en entredicho una unidad de medida que deriva de los ingleses, que medían en galones imperiales . Y llegados a este punto el cálculo es muy sencillo: cada caja de vino solo podía contener 2 galones, por lo que los británicos decidieron utilizar 12 botellas por caja. Esto nos lleva a una capacidad de 0,75 por botella.