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¿Qué es ser un agnóstico y qué diferencia hay con un ateo?

¿Qué es ser un agnóstico y qué diferencia hay con un ateo? Muchas veces el término agnóstico suele relacionarse con el de ateo y viceversa, pero al hacerlo nos encontramos con un gran error dado que aunque en ambos casos se trata de la creencia o no en torno a la existencia de Dios, existen matices muy concretos sobre lo que cree un agnóstico y lo que cree un ateo.

¿Qué es ser un agnóstico y qué diferencia hay con un ateo?

El término agnóstico deriva del griego a-gnothein, que literalmente significa no saber. En efecto, el agnóstico afirma la imposibilidad de conocer la verdad sobre la existencia de Dios o de otras fuerzas sobrenaturales; por tanto, indica una actitud según la cual se suspende el juicio con respecto a un problema, en este caso la existencia de Dios o no, ya que no se tiene o no se puede tener suficiente conocimiento de él.

Sin embargo, los agnósticos no son necesariamente indiferentes al problema de la fe y la actividad espiritual o religiosa, pero muchos buscan activamente conocer varias religiones y se esfuerzan por encontrar ciertas pruebas que puedan revelar la existencia de Dios, pero a pesar de esto, su fe está en duda.. Además, algunos agnósticos, aunque son fundamentalmente escépticos acerca de la existencia de una entidad divina, creen racionalmente que, así como no se puede demostrar su existencia, tampoco se puede negar; por tanto, el agnosticismo sostiene que la existencia de Dios no puede ser probada ni refutada, ya que es imposible saber si Dios existe.

¿Qué es ser ateo?

El término ateo, del griego atheos, significa literalmente sin dios, de hecho se considera ateo al que dice no creer en la existencia de ninguna forma de divinidad. En el pasado, los fieles de una religión determinada indicaban con el término «ateo», en un sentido despectivo, a quienes pertenecían a religiones o credos distintos a los suyos; por ejemplo, los fieles de la religión romana definieron a los cristianos como «ateos», quienes a su vez llamaron a los romanos «paganos». A lo largo de la historia, el ateísmo ha sido fuertemente despreciado y ha sido objeto de hostilidad y persecución por parte de instituciones y culturas teocráticas y no teocráticas, y en algunas áreas del mundo todavía lo es hoy, incluso donde el estado se define oficialmente como secular; en muchas sociedades y períodos históricos, los ateos han sido considerados personas peligrosas o inmorales.

Básicamente, el ateo es el que no se adhiere a ninguna religión, porque no cree en la existencia de ningún Dios; mientras que una persona agnóstica afirma que no sabe si Dios existe o no, por lo tanto, no está seguro de su propia espiritualidad.