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Adiós al olor a humedad: el truco definitivo para eliminar el mal olor de las toallas de casa

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Pocas cosas son tan molestas como salir de la ducha, buscar una toalla limpia y notar ese desagradable olor a humedad que parece imposible de eliminar. Esto es algo muy habitual,  ya que las toallas, por su uso diario y constante exposición a la humedad del baño, son propensas a desarrollar bacterias y hongos que generan malos olores. Muchas veces no las dejamos secar adecuadamente entre usos o las guardamos sin que estén completamente secas, lo que agrava aún más el problema. La buena noticia es que existe un truco casero muy efectivo para eliminar el mal olor de las toallas.

Antes de entrar en soluciones, es importante entender el origen del problema. Las toallas están hechas de tejidos gruesos y absorbentes, generalmente algodón, lo que las convierte en el ambiente perfecto para que se acumulen microorganismos si no se secan correctamente. Si después de usarlas las dejamos colgadas en el baño (un lugar que normalmente acumula mucha humedad), estas fibras retienen agua durante horas, e incluso días. A esto se suma otro factor: los residuos de jabón, suavizantes o detergentes que se van acumulando con cada lavado. Estos restos pueden hacer que las fibras de la toalla pierdan su capacidad de absorción y favorezcan la aparición de olores desagradables.

El mejor truco para que las toallas huelan bien

Uno de los remedios más eficaces y accesibles para eliminar el mal olor de las toallas es el vinagre blanco. Gracias a su acidez natural, este producto actúa como un desinfectante suave que neutraliza los olores, elimina bacterias y disuelve los residuos acumulados de detergente o suavizante. Además, tiene la ventaja de ser económico y respetuoso con el medio ambiente, lo que lo convierte en una alternativa ideal a productos químicos más agresivos.

Para aplicar este truco, lo primero que debes hacer es meter las toallas en la lavadora y seleccionar un ciclo con agua caliente, siempre y cuando el tejido lo permita. Justo cuando la lavadora comience a llenarse de agua, añade una taza de vinagre blanco en el tambor o en el compartimento del detergente.

Es importante no utilizar ningún otro producto en este lavado, ni suavizante ni detergente, ya que el vinagre debe actuar por sí solo. Al finalizar el ciclo, notarás que las toallas no sólo han perdido el mal olor, sino que también han quedado más suaves al tacto, gracias a la acción del vinagre sobre las fibras del tejido.

Sin embargo, hay ocasiones en las que el olor persiste o es más intenso de lo habitual. En esos casos, puedes recurrir al bicarbonato de sodio, otro remedio casero muy eficaz que también suele estar presente en cualquier hogar. Este polvo blanco actúa como desodorante natural, eliminando los malos olores, pero también ayuda a limpiar en profundidad y a devolver el blanco a las toallas envejecidas o amarillentas.

El procedimiento es igual de simple: introduce las toallas de nuevo en la lavadora, ésta vez sin vinagre, y añade entre 100 y 125 gramos de bicarbonato directamente en el tambor. Lava con agua caliente y deja que la lavadora complete el ciclo sin añadir suavizante. El bicarbonato no sólo neutraliza los olores, sino que también elimina residuos de productos anteriores que pueden estar afectando el olor y la textura del tejido.

Vinagre y bicarbonato de sodio

Hay quien prefiere utilizar los dos remedios en un mismo lavado, y también es una opción válida si se hace correctamente. Lo importante es no mezclarlos directamente, ya que se neutralizan entre sí si se usan al mismo tiempo.

  1. Una de las formas más eficaces de aplicar estos dos productos sin que se anulen entre sí es empezar con un remojo previo. Llena un barreño o la bañera con agua caliente y añade una taza de vinagre blanco.
  2. Introduce las toallas y déjalas en remojo durante unos 20 a 30 minutos. Este paso ayuda a descomponer los residuos acumulados y a eliminar bacterias responsables del mal olor.
  3. Una vez completado el remojo, escurre bien las toallas y colócalas en la lavadora. Añade 100 o 125 gramos de bicarbonato de sodio directamente en el tambor, sin añadir ningún detergente. Programa un ciclo de lavado con agua caliente para que el bicarbonato potencie su efecto desodorizante y limpiador. Al finalizar, tus toallas quedarán limpias, frescas y notablemente más suaves.

Si prefieres no usar un barreño, puedes hacer todo el proceso directamente en la lavadora. Inicia un lavado con vinagre, pausa el ciclo después de unos minutos y deja las toallas en remojo dentro del tambor durante 15 minutos. Luego, reanuda el lavado, añade bicarbonato en el siguiente aclarado y deja que termine el ciclo completo.

Tras eliminar el mal olor, puedes añadir unas gotas de aceite esencial (lavanda, eucalipto o limón) en una bola de secado o pañuelo durante el secado para que las toallas tengan un aroma fresco.

En definitiva, tener unas toallas limpias, frescas y suaves no es una cuestión de suerte, sino de conocer este truco y aplicarlo correctamente.