Sabemos que la Casa Blanca está en Washington, pero bien habrá algún turista despistado en California que se piense que está frente a la casa del presidente de Estados Unidos. En el tranquilo enclave de Hillsborough, en el centro de California, y a 4.500 kilómetros del 1.600 Pennsylvania Avenue, se encuentra un imponente edificio colonial de 1878 y cuya fachada es una réplica de la Casa Blanca.
Esta casa perteneció a George Hearst, el hijo mayor del magnate de los medios de comunicación William Randolph Hearst. Fue en los años 30 cuando un joven Hearst pidió rediseñar completamente la casa después de que un incendio dejara graves daños en la estructura. Para ello se valió de la reconocida arquitecta Julia Morgan, quien fue la primera mujer arquitecta con licencia en el estado de California, así como de ser la primera mujer en ser admitida en el famoso programa de arquitectura de París l’École des Beaux-Arts.
Cuenta la leyenda que Hearst soñaba con poder recibir en su casa de California a los presidentes de Estados Unidos, por lo que encargó a Morgan que creara una réplica de La Casa Blanca pero a menor escala. Sin embargo, ningún presidente llegó a visitar la mansión y, de hecho, Hearst vendió la propiedad sin haber dormido en ella ni un día.
Según recoge Robb Report, la casa es propiedad hoy en día de Shailesh Mehta, expresidente y director ejecutivo de la principal emisora de tarjetas de crédito Providian Financial (que se vendió en 2005 a Washington Mutual por 5.600 millones de euros).
Sin embargo, han sido muchos los propietarios que han pasado por estas habitaciones. Se dice que John Lennon y Yoko Ono estuvieron a punto de comprar la casa a principios de los años 70, pero se echaron atrás en el último minuto.
Una de las habitaciones que más llama la atención es la habitación que simula al Despacho Oval, rodeada completamente con paneles de madera. Cuenta con una imponente chimenea hecha con mármol negro y el marco es de madera tallada. Una habitación destinada a que el presidente de Estados Unidos que acudiera a la vivienda se sintiera como en casa.
La casa principal se extiende sobre un terreno de 35.000 kilómetros cuadrados. Posee gimnasio, sala de cine con gradas, sala de vinos, sauna, un enorme jardín y una piscina olímpica, a la que se llega tras atravesar unas puertas francesas.
